miércoles, 30 de diciembre de 2009

Releyendo los periódicos

Discutibles reflexiones que suscita una sosegada lectura de la prensa. En ellas encontrareis subrayado el link del periódico y el artículo o la noticia en cuestión. Espero que este nuevo formato sea de interés.

Nunca he soportado las fronteras. Las patrias, las doctrinas, las naciones sólo han servido para incomunicar a los seres humanos y llenar de incomprensión y prejuicios los corazones. Pertenecer a un grupo, abrazar un credo, tranquiliza, nos aleja de la soledad que somos, pero nos envuelve en un letargo mental por el que asoman la enajenación y diversas formas de violencia. Por eso me encanta leer a aquellos que han combatido siempre las fronteras como el italiano Claudio Magris, un soldado literario contra el pensamiento y el sentimiento único. Os recomiendo el artículo en que otro de esos ilustrados de la civilización, Vargas Llosa, defiende desde su personal interpretación de Magris,el poder de la literatura para hacer mejores a los seres humanos.

“Las palabras son actos”, dijo Sartre. También Gabriel Celaya afirmó algo parecido, refiriéndose a la poesía, en un momento complicado de nuestra historia. Hoy en día, ese tipo de frases sólo son ciertas si el que habla o escribe no renuncia a la complejidad y al discurso matizado, alejado de etiquetas definidas, simples y maniqueas. Vivimos tiempos en el que el matiz por si sólo es políticamente incorrecto. Diría más, el matiz comienza a ser más transgresor que el exabrupto. Cambian los mundos, cambian los hombres.

Pero lo peor de esta postmodernidad simplista y embrutecedora es que aún quedan demasiados “parabolanos” disfrazados de defensores radicales de la Libertad con mayúsculas. Palabra que así escrita ahora ya me asusta.

Las palabras nobles sólo toleran las minúsculas. Así, en humildes y profundas minúsculas define Magris su amplia definición de la palabra “laico”: “es quién sabe abrazar una idea sin someterse a ella, quien sabe comprometerse políticamente conservando la independencia crítica, reírse y sonreír de lo que ama sin dejar por ello de amarlo; quien está libre de la necesidad de idolatrar y de desacralizar, quien no se hace trampas encontrando mil justificaciones ideológicas para sus propias faltas, quien está libre del culto a sí mismo”. Compleja definición escrita precisamente para que nadie esté completamente de acuerdo. En todo caso ser laico es algo más que tener una postura concreta ante las religiones. Es sobre todo atreverse a pensar con libertad.

Las palabras confortan, acercan, construyen, destruyen, alejan…, pero nunca son universales por muy bellas o sinceras que parezcan. Se nutren de la individualidad de quien las escribe, pronuncia o interpreta. Son nuestra mayor riqueza y, al tiempo, la demostración de la inmensa soledad que somos.

Cuando pienso en estas cosas y leo las noticias que dan cuenta del “nuevo” Código Ético del PP -enorme monumento a la hipocresía política más descarada-, no puedo por menos que rememorar el maltrato a la inteligencia, al pensamiento y a las palabras que Rajoy y su partido, llevan años perpetrando. Su hoja de servicios es enorme: conspiraciones múltiples, ausencia del más mínimo compromiso con el país que dicen defender, confrontación en vez de debate, falsas acusaciones como única arma dialéctica... Confianza ciega en que la rapidez y la levedad de los minúsculos tiempos políticos que vivimos, aleje de ellos el cáliz de sus vergüenzas sin asumir nunca responsabilidades ni errores. Por mucho que las encuestas hoy les conforten, este país no puede dar por válida esa lamentable forma de hacer política. Por muy mal que lo haga el PSOE –está por ver si el PP lo haría mejor-, Rajoy debe seguir perdiendo elecciones hasta que cambie. Hasta que su partido se homologue no con Berlusconi –ahora es a quién más se parece; véase a Camps, Fabra y compañía-, sino a Merkel o a Sarkozy. Conservadores que no hacen política de bajos fondos, que proponen un discurso matizado, en definitiva un discurso laico. Derechas responsables, con sentido de estado, que no desarrollan tácticas de tierra e instituciones quemadas con el único objetivo de, al precio que sea, llegar con piloto automático al poder. Se trata de aprovechar, como única estrategia, cualquier circunstancia para acentuar el desgaste inmediato del gobierno, sin pensar en los intereses generales del país ni molestarse en perfilar su supuesta alternativa. Mientras no cambien en su modo de hacer oposición, insisto, no debemos darles la opción de gobernar. Estaríamos bendiciendo un indeseable modo de comunicar políticamente con la ciudadanía que lleva camino de instalarse permanentemente entre nosotros.

Y además que nadie se engañe, sobre todo aquellos a los que el PP pretende llegar con argumentos espurios: su toma del poder conlleva que educación, sanidad, medio ambiente, cultura, protección social... pasen a segundo plano. Ved como ejemplo la acumulación de noticias que llegan de la Galicia de Feijoó, un posible sucesor de Rajoy que busca mostrar otros perfiles, pero que resulta ser, en los hechos, más de lo mismo.

Laicos de nuevo. ¡Quién nos diera a líderes conservadores como Sarkozy que proponen políticas razonables, de futuro, abiertas al debate, imaginativas, para hacer país desde el consenso político y ciudadano! Interesante su apuesta por el gran préstamo a sectores punteros, a la investigación, a la biotecnología, a la universidad, a las empresas que opten por un desarrollo sostenible. Aunque el endeudamiento público de Francia sea superior al de España, él tiene claro que lo que ahora toca es empujar la economía en una buena dirección. Muchas empresas españolas de construcción y energías renovables han entendido la solidez de la apuesta y están creando empleo en nuestro vecino país. Ahora bien, Sarkozy cuenta con la ventaja de no tener una oposición que sólo busca “el contra peor, mejor” y pone siempre palos en cada nueva rueda que se intenta poner en marcha. Sólo por el hecho de que es Zapatero el que la dirige. ¡Tan burdo, tan repetido que hasta el Rey se da cuenta y le pide al piloto automático que cambie por Navidad!

Dicho esto… ¿Y si ZP no vuelve a presentarse? Interesante reflexión de José Luis Álvarez en “La cuarta página” de El País que muchos compartimos. El actual presidente ha hecho muchas cosas por España y la historia lo reconocerá: una oposición constructiva cuando le tocó ese papel con pactos de gran importancia en política antiterrorista, los impensables hace pocos años avances en derechos sociales, la generosa contribución a la búsqueda de la paz en Euskadi con movimientos que, desde el riesgo, han dado como resultado el momento de esperanza que vive ese hermoso país vasco… Y otras cuestiones que el tiempo dejará apreciar.

Pero el coste de la confrontación permanente que ha sufrido y focalizado en su persona, sumado a claros errores en los tiempos previos a la crisis y en su actual gestión, a una cierta deriva oportunista y conservadora en esta última época y a la necesidad de un discurso ilusionante para el país que él ya no parece capaz de enhebrar, aconsejan que otra figura emerja con nuevos mensajes, con credibilidad renovada. Hay mucha gente en el PSOE capaz de ello y en buenas posiciones de salida: Rubalcaba, Pepiño Blanco (muy sólida y bien valorada su gestión en Fomento: véanse sus comparecencias a petición propia en el Parlamento para explicar sus medidas y la opinión de Xosé Lois Barreiro en La Voz de Galicia), Elena Valenciano, etc… En cualquier caso la decisión apremia.

Desde mi punto de vista, Zapatero haría bien en centrarse en la buena marcha de la Presidencia española de la CEE y permitir/ promover que otro inicie la carrera electoral e incluso capitalice sus propios éxitos europeos. Sería, sin duda, un buen y generoso broche a su extensa contribución a la política española.

Y para acabar, dar la bienvenida al proyecto del gobierno para equiparar a las empleadas del hogar con el resto de trabajadores a través de su cotización desde la primera hora de trabajo. (ver aquí: http://www.elpais.com/articulo/economia/empleadas/hogar/cotizaran/primera/hora/trabajada/elpepieco/20091221elpepieco_6/Tes) Justo y matizado. Laico. Oculto entre las noticias que informan de la enésima bronca política de aquellos para los que lo importante no este tipo de cuestiones sino la sacrosanta cohesión del grupo al que pertenecen. Con lazos de sangre, pensamiento y sentimiento únicos. No es casual el origen italiano de Magris.

viernes, 25 de diciembre de 2009

De vez en cuando un poema

SUEÑO

Quisiera terminar de golpe con las sombras,
sin violencia,
y desposarte con el anillo del paraiso.

Deshacer la penumbra de las culpas
con un beso infinito
y el pecado, convertirlo en olvido.

Juntos al final del camino,
adonde nadie llega
y la duda no existe,
recuperarlo todo.

Pero, ahora, cuando baje el telón,
abrázame mil veces
y no vaciles
hasta volverme loco.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cine del último semestre. La opinión del blog

Para los que no las hayáis visto. Para los que queráis opinar tambien. Me la jugaré poniendo mi personal puntuación de 1 a 10. Cine siempre presente en este blog.

"Celda 211" de Daniel Monzón. Buena película de un género inusual en el cine español: el carcelario. Un tema que se presta al drama de lo inevitable, a los arquetipos humanos en el límite de lo tolerable. Marginales, antihéroes que son fuertes de pura debilidad. Extraordinario Luis Tosar en la mejor interpretación del año en el cine español. Sólo un comentario: hay películas en las que los personajes crecen en armonía con la historia que protagonizan y hay otras en las que la historia está al servicio de los personajes para hacerlos fascinantes. Las excelentes para mí son las primeras. Las segundas sólo pueden ser buenas. Dejan un rastro de impostura en situaciones forzadas para hacer posible el crecimiento de los personajes. Llevan a claras lagunas en el guión. Celda 211 es de las segundas. Buen cine de acción en todo caso. No es a mi juicio una película redonda, pero nadie debe perdérsela. (7)

"Buscando a Eric" de Ken Loach. Del drama realista que busca agitar la conciencia de la sociedad contemporánea - "Mi nombre es Joe"- a este cuento de hadas o de ángeles custodio en forma de ídolo futbolístico. Sobre la vida de un modesto cartero de Manchester se trenza una historia de amor, miedo, incomunicación, amistad y sueños. Temas universales habituales en Loach, que en este film se despliegan con sencillez, limpieza y ese humor ácido típicamente inglés que a algunos nos gusta tanto. Ternura a raudales con un toque políticamente correcto, inhabitual en Ken Loach pero al que también tiene derecho. Magnífica, sobre todo si te gusta el futbol. Aunque como a mí, Eric Cantona no te cayera especialmente simpático. (7.5)

"Triage" de Danis Tanovic. Dura historia del autor de la más interesante que ésta "En tierra de nadie". También, como en ella, habla de la intolerable guerra. En este caso sobre la toma de decisiones sobre la vida y la muerte de los soldados que el “triage” médico se ve obligado a tomar en momentos extremos. Explendorosa Paz Vega, como siempre voluptuosa atrayendo a la cámara sin hacer nada especial para conseguirlo. Un acercamiento al sindrome postraumático que un especial parapsiquiatra con cara de Drácula, llamado Christopher Lee, efectúa con su habitual grandilocuencia pero con gran efectividad. Nada del otro mundo pero se deja ver. (5.5)

"El baile de la Victoria" de Fernando Trueba. Un tipo que me cae tan bien que voy a sus películas con todo el deseo de que me gusten. Sobre todo después de "Belle Epoque". Pero de nuevo, como me paso en "El embrujo de Sanghai", me parece una película fallida. Trueba intenta de nuevo un lenguaje cinematográfico que incluya el lirismo. Que trascienda la historia. Es difícil conseguirlo y él de nuevo no ha sido capaz de conseguirlo. La historia y los personajes lo tienen todo: valores, dolor, alegría, honestidad, humor... pero nada parece emocionar ni resultar coherente en su conjunto. Mezcla realidad con simbolismo, flash-backs... y una cosa estropea la otra. Una pena. Trueba no debería obsesionarse en buscar caminos complicados para alcanzar la excelencia. Para ello bastaría con un guión honesto y profundo. Él es capaz de poner el resto sin necesidad de buscar florituras. En cualquier caso y como siempre, excelente la banda sonora y sobre todo Ricardo Darín, que no puede estar mejor en todas sus últimas interpretaciones. También se disfruta de algunas vistas de la ciudad de Santiago de Chile, pero hasta en eso la película podría dar algo más de lo que da. (6)

"Agora" de Alejandro Amenábar. De obligada asistencia. No es un diez, pero alcanza un notable alto. Lo ambicioso de la propuesta, las expectativas que genera una nueva película de este consagrado director, sobre todo si la apuesta es de esta envergadura, se lo ponen muy difícil para alcanzar el nivel pretendido. Y no alcanzarlo con claridad puede que tenga un cierto gusto a fracaso. A mi me parece irreprochable en el ritmo y la estructura narrativa. Está pensada, trabajada y rodada de forma magnífica. Nos introduce en un periodo de la historia tan fascinante y desconocido que llama a las puertas de nuestra curiosidad. Sobre el personaje de Hypatia han corrido ya ríos de tinta... Todo esto ya es un logro que justifica el riesgo asumido y el gran trabajo de Amenábar. Pero es demasiado lo que pretende. La película se maneja en cuatro niveles. 1) el de los temas universales: la honestidad, el fanatismo, las convicciones...; 2) el de la aproximación a la ciencia en sus orígenes, a la astronomía, a la irresistible atracción del conocimiento…; 3) el del drama de la destrucción de una ciudad mítica en una terrible encrucijada de su historia; 4) el de unos personajes que aman, sufren y mueren. Demasiado para una único film que sólo puede abarcar tantos mensajes en pinceladas puntuales, hermosas pero insuficientes. Por eso resulta fría. La inmensidad del escenario no permite al espectador acercarse a los personajes, sentir su dolor, explicarse su amor, la contención en sus emociones... Falta calor en la piel de la inmensa Rachel Weisz. No alcanzas a comprender la conversión al fanatismo cristiano de sus dos discípulos enamorados... No hay tiempo para ahondar en la fascinación por las estrellas, por la elipse que Hypatia propone, faltan claves históricas esenciales... No alcanza a ser la gran película que Amenábar ambicionó, pero lo intenta honestamente y eso merece un aplauso. Un notable alto, que para sí lo quisieran muchos. (8)

"Malditos bastardos" de Quentin Tarantino. Muy buena. Dos partes antológicas y una tercera para reescribir la historia al estilo del autor, libre, creativo, lleno de guiños cinéfilos y de un caos premeditado en el que se mueve como pez en el agua. Pero me quedo sobre todo con los diálogos de mesa, intensos, dramáticos, inteligentes... Con ese gusto de Tarantino por el lenguaje como máscara y la imagen como identidad. Por eso logra personajes inolvidables como el de Hans Landa (Christoph Waltz), el inteligente oficial alemán, cuyo final es el adecuado a su misma identidad visual. O el de la chica judía (creo que es Mélanie Laurent), guapísima, cuya mirada y sus primeros planos reflejan el coraje y la determinación en estado puro. Excelente el guión que consigue enhebrar poco a poco la trama hasta desembocar en una sucesión de encuentros en el climax final. Gran ritmo narrativo que garantiza la atención en toda esta película que en el fondo es un homenaje al séptimo arte, sobre todo a su desconocida precursora de los años setenta "The Inglorious Bastards". (8.5)

"El secreto de sus ojos" de Juan José Campanella. Un film con excelentes críticas, entre ellas una particularmente apasionada de Carlos Boyero. Do s actores que lo bordan: Darín y Soledad Villamil, buenos primeros planos, voces sugestivas en segunda línea... Pero, para mí, falla el guión. Es demasiado arrítmico y lento para una película policíaca en esencia. Los diálogos, por muy argentino que sea el entorno, son retóricos e impostados (esas ironías, esa discursividad no cuadran en un lenguaje que se vende como espontáneo). Apenas se profundiza en los personajes y hay situaciones efectistas pero claramente falsas: ¿por qué razón el amor no puede desarrollarse hasta que Darin confirma la coherencia de Morales? ¿Por qué su vivencia le resulta tan simbólica y necesaria? Lo mejor: la intrahistoria de amor contenido. Pero como me ocurrió en el resto de sus películas, incluida "El hijo de la novia", encuentro efectismo y arquetipos (la amistad con el borracho, el bueno y los malos, el antiheroe...) donde debería haber hondura y honradez. Igual es cosa mía pero no me convence Campanella. Y esta vez iba predispuesto positivamente. (6)

"Anticristo" de Lars Von Trier. Brillante. La fuerza de las escenas y las imágenes, la excelencia formal, la entrega absoluta de los 2 actores, la recuperación de la cámara lenta como una herramienta estética más... la convierten en una de las mejores películas de Von Trier. Por encima de la aparente provocación o del rechazo que pueda suscitar el cine de autor y sus excesos, se trata de un film que busca la excelencia trabajando hasta el detalle, siendo sincero y valiente y contando con dos actores completamente entregados en una extraordinaria y seguramente dolorosa interpretación. (9)

"Still Walking" (Aruitemo, aruitemo) de Kore Eda. Cine inmenso, plácido, sereno, aparentemente sencillo pero de una increíble hondura. La familia, los resquemores, los afectos, aquello que uno quiso decir y no dijo. La palabra que no se encontró a tiempo, ese llegar siempre un poco tarde a descubrir y expresar las emociones. El río de la vida que no cambia pero fluye, tranquiliza y nutre incluso hasta después de haberse secado. (9)

"Enemigos públicos", de Michael Mann. La historia de John Dillinger, un gangster con corazón de Robin Hood. Un tema muchas veces tratado en el cine. En esta ocasión con un ritmo, textura y cuidado excelentes. Cine de calidad, en suma. Bonita historia de amor entrelazada, guiños al Hollywood de la primera época y una excelente frase de Dillinger a su novia, guardarropa de un garito: "cuando ellos te miran (los ricos) sólo se fijan en "de dónde vienes", nunca "a donde vas"; por eso se equivocan." (7.5)

"Frozen river" de Courtney Hunt. Una "opera prima" del cine independiente de EEUU. Rodada con un video digital por menos de un millón de euros. No es una obra maestra, pero nos trae a los ojos con honradez narrativa la pobreza en el país más rico de la tierra, la inmigración ilegal y la lucha por la supervivencia de dos madres coraje. Situada en un entorno natural duro, austero, de una extraña belleza. Merece la pena. (7.5)

domingo, 20 de diciembre de 2009

Flexibilidad


Somos un país rígido, con poca cintura y muchos lugares comunes. Sobre todo en lo que concierne a las cuestiones laborales. Aquí, o disfrutas de un empleo fijo con la vida asegurada o subsistes en la frontera de la precariedad y la economía sumergida. O tienes horario completo o desocupación absoluta. O estudias o trabajas. O eres jefe que debe resolver todo o un simple mandado sin responsabilidad alguna. Patronal y sindicatos: dos orillas de un río que se seca. Un universo de desconfianza, de roles demasiado definidos e inamovibles. Mal escenario, por tanto, para buscar juntos la salida en la difícil encrucijada en la que nos encontramos.
A este secular equilibrio inestable en las relaciones laborales hace tiempo que le llamamos diálogo social. Y ahí nos la vamos a jugar todos. Previamente el gobierno debe preparar el tapete, encender la luz de la sala y repartir las pocas cartas que quedan en el mazo. No lo tiene fácil con una oposición impresentable e irresponsable –incluidos algunos presidentes de CCAA- que aplaude con las orejas las cifras del paro y sólo las ve como el mejor camino hacia La Moncloa. Una oposición carente por completo de sentido de estado, para la que “contra peor, mejor” y que no va a ayudar en nada ni desgastarse en propuestas o pactos constructivos. Porque ya sólo espera ver pasar el cadáver de Zapatero, aunque detrás venga el país entero en camilla. Una oposición que a mi juicio se gana cada día su permanencia en el banquillo que ocupa.
Pero a pesar de ese contundente atenuante, ha sido excesivo el tiempo perdido por el gobierno en impulsar la imprescindible reforma laboral que necesitamos para luchar eficazmente contra el desempleo y mejorar la competitividad de nuestro sistema productivo. Una grave demora en términos de paro y endeudamiento público que cuestiona la solidez técnica del equipo económico y del propio presidente del ejecutivo.
En cualquier caso, más vale tarde que nunca. No podemos aceptar que en este escenario de rigidez laboral, contando con las mejores previsiones posibles de crecimiento económico, remar con el máximo esfuerzo durante los próximos 10 años sólo sirva para llegar a la pírrica playa de los 2 millones de parados “estructurales” del 2007. Entre otras cosas porque el gasto público derivado de su cobertura puede provocar dificultades de financiación para las prestaciones sociales básicas. No es de recibo tampoco que los jóvenes mantengan porcentajes de desempleo cercanos al 40% en una economía que se pretende del conocimiento. Ni que la edad media de jubilación sea inferior a los 63 años.
Por eso es necesario tomar ya medidas urgentes. Debe haber cambios en el sistema de negociación colectiva para mejorar la flexibilidad interna de las empresas. Es necesario ensayar en España el modelo alemán de reducción de jornada -kurzabeit- como alternativa a los ERE o al despido puro y duro. Ya es hora de utilizar el gasto público para fomentar fiscalmente el empleo juvenil y la ampliación de las plantillas, en vez de para financiar proyectos con mucho menos futuro. Toca darle una vuelta a nuestro sistema de protección del desempleo y girar de la simple subvención al fomento de la empleabilidad de los trabajadores. Y sobre todo, luchar contra la temporalidad pactando fórmulas distintas para los nuevos contratos que, con las debidas garantías, favorezcan tanto la estabilidad como la productividad.
El país es responsabilidad de todos, trabajadores y empresarios, patronal y sindicatos, gobierno y oposición. Su buena marcha requiere cooperación, generosidad y flexibilidad. O es ahora o ya será demasiado tarde.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Revuelta


Nadie sabe dónde comenzó ni quién la puso en marcha. Se especula con una convocatoria surgida en las redes sociales de Internet, en las web antiglobalización o simplemente en el boca a boca del creciente hartazgo planetario. En realidad llegados a este punto lo de menos es el origen. Lo importante es poner algo de cordura y buscar soluciones que faciliten la creación de un nuevo orden mundial.
Ya ha pasado una semana desde el inicio de la revuelta que está poniendo en jaque a todos los gobiernos del mundo y a las instituciones globales que legislan sobre flujos aéreos, marítimos y terrestres de personas y bienes. Muchos policías, algunos miembros del ejército y numerosos magistrados están pasándose al bando de los amotinados ciudadanos. Por ejemplo, cuentan que en Australia el parlamento ya ha aceptado que para poder viajar a otros países es suficiente con mostrar la tarjeta de embarque del correspondiente vuelo. Los hay que lo ven como el principio del fin de los pasaportes, los visados y el resto de documentos identificativos. Probablemente no sea para tanto, pero en Barajas y en el resto de aeropuertos europeos las conversaciones entre los representantes de la recién constituida Unión Europea de Viajeros y las autoridades continúan. Los mediadores no dan abasto y las asociaciones de consumidores siguen haciendo llamamientos a la calma y proponiendo nuevos consensos. Parece que hay avances sustanciales en la racionalización de los controles de seguridad y se da por aceptada la abolición del overbooking. Sin embargo, las negociaciones siguen encalladas en los puntos esenciales que provocaron el conflicto: los intolerables condicionantes administrativos para la entrada y salida de los estados, las tasas aeroportuarias y los tramites aduaneros.
Mientras se negocia, los pasajeros de todo el mundo siguen negándose a rellenar los ridículos impresos de inmigración, rechazan quitarse el cinturón y los zapatos y no aceptan cacheos arbitrarios en los puntos de control policial previos al embarque. La consigna establecida mundialmente que animaba a presentarse en los controles con botellas de agua de más de un litro y grandes tubos de dentífrico, ya es seguida por la inmensa mayoría de los viajeros aéreos. Las sentadas y bloqueos masivos a la salida de los aviones en solidaridad con los pasajeros afectados por impedimentos administrativos y legales, ya empiezan a ser menos necesarias. Como signo de buena voluntad, en algunos aeropuertos y fronteras terrestres las fuerzas del orden más concienciadas han llegado a retirar provisionalmente las banderas y los símbolos nacionales. En paralelo a la pacífica protesta que estas semanas se ha generalizado por todo el planeta, el tráfico de cayucos entre Africa y Europa ha disminuido sustancialmente. Ayer, una nueva ONG llamada Controladores y Pilotos Sin Fronteras, sacó a Aminetu Haidar de Lanzarote y la dejó en manos de su familia en El Aaiún, ante la estupefacción de las autoridades marroquíes que nada pudieron hacer para evitarlo ante la multitud de ciudadanos llegados de todos los puntos del Magreb que la llevaron en volandas desde la pista de aterrizaje hasta su casa. Allí sus hermanos la esperaban con un cuenco de dátiles y otro de leche de cabra. En España, algunas clases de geografía en las que se estudian las fronteras, las banderas y los estados han sido aplazadas hasta ver como acaba esto.
Por mi parte espero que aunque nada de lo relatado haya ocurrido ni vaya a ocurrir nunca, el viernes cuando esta transgresión informativa vea la luz, una mujer menuda tan tozuda como nuestros virtuales viajeros amotinados, todavía esté viva para disfrutar con sus hijos de la hermosa luz del atardecer en el desierto del Sáhara.
Artículo publicado en La Región el viernes 11/12/09

martes, 8 de diciembre de 2009

Respeto


La nueva ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y de Salud Sexual y Reproductiva no va a incrementar el número de abortos en nuestro país. Va a intentar disminuirlos a través de una regulación más clara y garantista que la actual y de un conjunto de medidas que promoverán una sexualidad tan responsable como libre.
España está por debajo de la media europea en cuanto a número de abortos. Un alto porcentaje de ellos (45%) en mujeres inmigrantes. Todos estamos de acuerdo en que el objetivo debe ser disminuir esas cifras al mínimo posible. Porque nadie desea abortar. Las mujeres que toman esa dura decisión, lo hacen siempre desde el dolor y el desgarro. Quien diga lo contrario miente. Ninguna lo hace por gusto o a la ligera. Pensar de otra manera es faltarles al respeto. Una instancia tan poco sospechosa de izquierdismo como el Tribunal Supremo de los EEUU, definió la decisión de interrumpir el embarazo como la más íntima y personal que puede tomar un ser humano.
Sólo aborta quien lo necesita ineludiblemente. Abortan mujeres de derechas, de izquierdas, ricas, pobres, muy jóvenes, menos jóvenes, de todos los credos religiosos o de ninguno. Esto es así y los profesionales que reciben este tipo de problemas ayudando a la mujer a buscar la mejor solución –o la menos mala - lo saben. También ellos podrían dar fe de lo hipócritas que pueden llegar a ser algunas opiniones en determinadas bocas. ¿Se puede condenar al aborto clandestino o a la cárcel a las mujeres que deciden finalizar voluntariamente el embarazo para no convertir su vida y la de su futuro hijo en un desastre anunciado? ¿Quién ostenta la superioridad moral para esa condena “a priori”? ¿Para esto no vale lo de “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”? ¿Dónde queda la piedad, la cercanía con el que sufre, el amor al prójimo que trasciende la soberbia de los que sientan cátedra desde determinados púlpitos civiles y clericales sin bajar nunca a los parajes donde la vida sucede? ¿Hay alguien más indefenso que una mujer en este trance?
Ya no es tiempo de lapidaciones en la plaza pública, aunque algunos parecen querer volver a antiguas épocas de “esplendor”. En los estados avanzados, en los países de nuestro entorno, las leyes para la regulación del aborto se hacen para evitar más penosidad a quienes están pasando por ese difícil momento de su vida. No son el ámbito de discusión moral sobre el controvertido tema de la definición del momento en que la vida comienza indubitablemente. No pretenden juzgar motivos ni conciencias, sino regular con proporcionalidad protegiendo los valores que la sociedad reconoce como propios. También el derecho y el deber de decidir que una madre tiene.
Las leyes de plazos han demostrado ser la mejor opción. Los estados que han optado por ellas tienen menos abortos que el resto. La despenalización por supuestos es interpretativa y supone una alta carga de inseguridad jurídica para mujeres y profesionales. Quizás por ello, en España, sólo el 5% de los abortos se hacen en la sanidad pública. Es momento ya de mejorar la actual regulación y el proyecto presentado es bueno. Aún lo será más cuando en la tramitación parlamentaria se afinen aspectos como la información a los padres en los casos de aborto en adolescentes.
Convendría tener más respeto, más empatía con el prójimo y más tolerancia. Las leyes son civilización, las doctrinas imposición y amenaza. Algunos de los que ahora hacen demagogia con los buenos sentimientos es posible que alguna vez tengan que mirarse al espejo en circunstancias no previstas. Como dijo el poeta romano y ahora suscriben muchos cristianos aún a riesgo de ser excomulgados: “nada de lo humano nos puede ser ajeno”.

martes, 1 de diciembre de 2009

Nucleares, sí

No me he equivocado en la afirmación. Del mismo modo que en su momento dije no, ahora digo sí con la misma convicción.
Hace años el rechazo a las centrales nucleares era un auténtico axioma de la izquierda y un motivo de reafirmación ideológica. "Nucleares no", fue un lema repetido en manifestaciones, pintadas y canciones de muchos “cantautores” de aquella época. Aún recuerdo conciertos en la facultad en los que se oían estribillos como: “que no se sepa, que no se note, que las centrales llevan bigote…” Lo nuclear, más allá de la cuestión ecologista, se veía como un buen modo de hacer negocio para los poderosos a costa de la seguridad y la salud de los ciudadanos comunes. Accidentes graves como Chernobil vinieron a dar la razón a cuantos clamábamos contra ese tipo de energía.
La cuestión es que aquel mensaje caló en la ciudadanía y hoy, aunque las circunstancias han cambiado mucho y nadie cuestiona la gran seguridad de las modernas centrales nucleares, persiste un importante rechazo social en España, base de su escasa implantación. Por eso es necesario cuestionarse algunos viejos postulados y desde el libre pensamiento alejado de consignas ideológicas o políticas, modificar publicamente lo que se considere conveniente para el mundo en que a uno le toca vivir. Por eso hoy digo sí a las nucleares. Si alguna duda me quedaba, ya no la tengo despues de escuchar la excelente y didáctica conferencia que hace dos lunes impartió en el Ateneo, Lucila Izquierdo del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat).
Hoy en día, uno de los más graves problemas de la humanidad es el cambio climático, consecuencia de la emisión de gases con efecto invernadero. El brutal consumo energético de los paises avanzados -y ahora tambien de los llamados emergentes-, basado fundamentalmente en el petroleo, el gas y el carbón, amenaza con graves dificultades para nuestro planeta en un breve espacio de tiempo. Por ello, si queremos evitar que nuestros hijos y nietos hereden un planeta degradado, debemos reducir el uso de esas contaminantes fuentes de energía y optar por otras alternativas. En resumen, sólo hay dos: las renovables (eólica, solar…) y la nuclear. Tenemos, por tanto, que modificar nuestra cesta energética incluyéndolas cuanto antes y en la mayor medida posible. Por desgracia, las energías renovables, en las que nuestro país ejerce un liderazgo mundial en investigación y desarrollo, tardarán aún muchos años en poder resolver por sí solas los grandes y crecientes requerimientos de la humanidad. En España, dada su gran dependencia energética, el problema es todavía más grave. Por eso no podemos prescindir de las nucleares sólo por el rechazo social que todos debemos contribuir responsablemente a reducir.
Por supuesto que hay otras medidas a tomar, de tanto calado y más recorrido. Habrá que fomentar la conciencia ecológica de los ciudadanos y propiciar los obligados cambios culturales y de estilo de vida sin los que el planeta no es sostenible. También es necesario ahondar en la eficiencia energética apostando por nuevas tecnologias en la construcción de edificios y vehículos. Claro que esto es lo más importante. Pero el tiempo apremia y a día de hoy es esencial alcanzar un pacto energético que incluya un marco regulatorio definido y definitivo –blindado a los avatares políticos- para las empresas que quieran construir centrales nucleares. Nada les impide hacerlo -el sector ya hace años que está liberalizado-, pero en España la incertidumbre les disuade. En Francia llevan tiempo construyéndolas porque tienen una normativa estable que lo facilita. No hay razones objetivas que lo desaconsejen.
Por encima del corto plazo y los lugares comunes ideológicos está el interés de los ciudadanos y el futuro de la humanidad que parece nadie se toma en serio. Aquí, nucleares si. Veremos lo que pasa en Copenhague.
Como complemento a esta entrada, os recomiendo el artículo del sábado 28/N en El País "España no podrá consumir toda la energía renovable que produce", en el que se describe la limitación en el almacenamiento de este tipo de energías en este momento. En cuatro años se desperdiciaría la misma energía que una nuclear produce en 40 días.
Por eso sólo nos queda, si queremos reducir emisiones de CO2: a) consumir menos; b) complementar las renovables con nucleares. No hay otra. Lo demás es seguir con petroleo, gas, carbón o biomasa: o sea profundizar el cambio climático. Algo mucho peor, hoy en día, que el riesgo de las nucleares. En cualquier caso me interesan mucho vuestras opiniones en este controvertido tema.
Para añadir más datos que ilustran sobre la urgencia en las decisiones para luchar contra el cambio climático y la inconveniencia de mantener, en el contexto de esa lucha, posturas clásicas que se nutren más en lo ideológico que en otra cosa, leed los drámaticos reportajes de El País en esta semana. 1) "Dios se enfadó. Por eso no llueve": Africa muere de sed. 2)"El pulmón del mundo enferma": el Amazonas es un vertedero de peces. 3) "España se reseca". ¡Ya no hay tiempo y ninguna alternativa no contaminante que esté hoy a nuestra disposición puede ser responsablemente desechada!

domingo, 22 de noviembre de 2009

Opinión Blog 4. Sanidad.

1. El crítico momento de la Sanidad Pública.
En “La sanidad así no es sostenible” y en el artículo adjunto de Costas Lombardía en El País del martes, se analizan de nuevo los graves problemas que la Sanidad Pública tiene en España. El informe Fedea- McKinsey alerta sobre la enorme frecuentación en las consultas que aquí tenemos con respecto a los paises de nuestro entorno. Parece que al final lo hemos conseguido: hemos sanitarizado quizás irreversiblemente al país. Costas Lombardía pone de nuevo el acento en el grave deterioro de la calidad en la asistencia clínica cada vez más rutinaria, defensiva, ineficiente e incentivadora de más demanda y expectativas irreales en la población. Esa es la base de esta brutal e innecesaria frecuentación. Ese es el problema y la solución no está en las renovadas y creativas nuevas formas de gestión desde arriba que de vez en cuando –sobre todo en los cambios de gobierno en las CCAA- se plantean. Muchos pensamos que esta deriva que nos conduce a un verdadero colapso del sistema sólo puede frenarse –si es que aún es posible- por los propios profesionales (sobre todo los médicos). No hace mucho intenté explicarlo en 2 artículos en La Voz de Galicia ("Hablemos de lo posible en Sanidad" y "La Sanidad en la encrucijada"): el papel de la gestión estaría en facilitar el cambio apoyando la base clínica realmente productiva y acabando con “el torpe igualitarismo que desanima el esfuerzo y el mérito y fomenta la mediocridad del personal sanitario”, en palabras del propio Costas Lombardía.
En cualquier caso y centrándome en Galicia, si algo ha complicado todavía más las cosas ha sido la obsesión de los nuevos altos responsables por poner un punto y aparte en la gestión de los centros hospitalarios y la atención primaria, desperdiciando "por qué sí" a equipos y directivos que podían aportar experiencia, conocimiento y la necesaria continuidad de proyecto básico que permita no perder tiempo, corregir errores y no volver a recorrer caminos ya transitados que no conducen a ningún sitio. En momentos tan dificiles es especialmente grave dedicar tanta energía a marcar la diferencia y revisarlo todo, buscando o inventando defectos más o menos graves en la gestión de los “anteriores”, como si estos fueran los únicos “enemigos”. En vez de perseverar en los buenas líneas emprendidas y dedicar el esfuerzo en mejorar lo mucho que tiene que mejorarse. Pues no, lo que están haciendo es atacar y ningunear a los “derrotados” y ahondar en el politiqueo revisionista para marcar el territorio.
Táctica que puede poner en dificultades a los pocos directivos de los equipos anteriores que continuan como hilos conductores de un histórico esfuerzo colectivo por la sanidad pública en Galicia, más allá de coyunturas políticas. Profesionales que por su amplia experiencia y conocimiento del ámbito sanitario gallego son –como muchos otros que no están por razones aleatorias- necesarios para tirar de este carro –que es el de todos-. No es justo que el barro de las acusaciones infundadas y sectarias de ocultamiento de listas de espera, conduzca a lodos que salpiquen a estos profesionales, que con mayor penosidad y menores compensaciones económicas de lo que la gente cree, llevan años dejando la piel y las coronarias por la Sanidad Pública de Galicia.
Sucio e intolerable por esas razones resulta el artículo de un tal Fernando M. Salgado en El Correo Gallego, titulado “El fraude de la sanidad gallega tiene premio”. De él destacaría:
a) el desconocimiento absoluto de las organizaciones sanitarias que el autor demuestra.
b) la falta de respeto por el trabajo y el compromiso, por encima de los avatares políticos, de los profesionales que trabajan en la Gestión y en los Servicios de Admisión de los centros. Tan importantes, tan técnicos y por tanto tan independientes en su labor, como los que nos dedicamos a labores directamente asistenciales. Ni más ni menos.
c) sus pobres argumentos reafirman lo necesario que resulta hoy un Pacto político, mediático y social que despolitice al máximo la Sanidad y permita que los ciudadanos y los medios de comunicación puedan recibir un mensaje honesto y riguroso que evite la deslegitimación social hacia la que el sistema avanza inexorablemente.

2. Facultad de Medicina y Docencia Clínica.
Continúa el culebrón. A pesar de que la Conselleira parece haber reculado, despues de sus lamentables y tendenciosas actuaciones sobre el tema, el lobby de A Coruña al que pertenece no le permite acabar de salir del embrollo ya judicializado. La entrevista con el decano y los exdecanos de la USC fue, en todo caso, una buena señal. Mientras, a Feijóo una se le viene y otra se le va intentando poner el problema en otro tejado para no desautorizar del todo a su conselleira y al equilibrio interno de poder que representa. Ver las declaraciones –Alberto también se equivoca- en las que deriva el pago, por otra parte pírrico, de los profesores asociados de la USC a Sanidade. Una inusual generosidad para el hombre de la austeridad.
Muy acertada la posición del alcalde de Santiago al respecto. Aunque para él es más fácil, en este caso, ser coherente que a su compañero de A Coruña.
Un buen presagio el planteamiento de la Universidad de Vigo en el que pone por encima de todo el interés de los alumnos. Nosotros en Ourense seguimos con nuestro claro Manifiesto por la Docencia Clínica en Galicia para implementar una Unidad Docente en el CHOU que la coordine en el propio centro, Atención Primaria y los Hospitales de O Barco y Verín. Sabemos que la disposición de la USC es total y esperamos de las Gerencias ourensanas una actitud homologa con la que los profesionales y el Colegio que los representa colaboraremos al máximo. Un buen paso fue que los alumnos que lo demandaron estén haciendo este año sus prácticas en el CHOU. Pero no puede ser a modo de excepción tácitamente concedida. Ahora toca aceptar por las Gerencias de Ourense que la Docencia Clínica de Pregrado está en la cartera de servicios de nuestros centros, igual que lo está la de Postgrado. Y ponerse a trabajar coordinadamente con el decanato de Medicina de la USC para gestionarlo, poniendo las bases firmes con la convocatoria de las plazas docentes que sean precisas y Ourense esté en condiciones de asumir. A partir de ahí la pelota estará en nuestro tejado: las posibilidades que se abren son enormes para el crecimiento en calidad de nuestros centros que lleva aparejado una docencia reglada y estabilizada.
Aquí os adjunto el Manifiesto que han firmado 340 facultativos de Ourense, se ha enviado a las instituciones responsables de las que esperamos una pronta respuesta y se ha presentado en rueda de prensa el martes día 1/12.
Manifiesto sobre la Formación Clínica Pregrado de Medicina en Galicia y por la concesión del Ciclo Clínico al Complejo Hospitalario de Ourense.

Los abajo firmantes, médicos de los 3 Hospitales Públicos y de la Atención Primaria de la provincia de Ourense entendemos que en el contexto de una única Facultad de Medicina en Galicia, es imprescindible contar, para los ciclos clínicos de la formación pregrado, con la totalidad de la red de Hospitales públicos y Centros de Atención Primaria de nuestra comunidad.
La reforma universitaria surgida de los Acuerdos de Bolonia y la creación del grado en base a sus condicionantes normativos, obliga a promover un precoz contacto del alumno de Medicina con el paciente. Por tanto el objetivo a corto plazo debe ser mejorar y ordenar de forma eficiente, armónica y coordinada la formación clínica de los futuros médicos. Esta ordenación debe hacerse con criterios de calidad, accesibilidad y personalización de la Docencia, utilizando todos los recursos disponibles y las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información. No es tolerable que interesados localismos lastren el presente y el futuro de la formación clínica, que debe estar centrada en el estudiante y no en otro tipo de intereses.
Con esas premisas afirmamos que el Complejo Hospitalario de Ourense y los Centros de Atención Primaria de esta provincia vienen formando especialistas a través de sus Comisiones de Docencia. El CHOU ha gestionado cursos de doctorado, el tercer ciclo en postgrado y cuenta ya con profesiores asociados (PACs) y profesionales formados para ello dispuestos a ser nuevos “colaboradores docentes”. También cuenta con una amplia cartera de servicios y estructuras tecnológicas y de investigación correspondientes a un hospital de tercer nivel. A todos los efectos el CHOU debe ser considerado como un Hospital Universatario.
Por tanto en el contexto de la utilización de toda la red sanitaria publica de Galicia para la Formación Clínica de nuestros estudiantes de Medicina, Ourense demanda la concesión de un Ciclo Clínico que se gestionaría desde una Unidad Docente en el CHOU. Esta Unidad coordinaría las aportaciones de los 3 Hospitales públicos y la Atención Primaria de la provincia, en base al programa y los objetivos formativos que la Facultad de Medicina estipule. Estos objetivos y programas, acordes con los Acuerdos de Bolonia, serán desarrollados por los “colaboradores docentes” de Ourense que se consideren idóneos para ello y cuyas plazas serán convocadas abierta y públicamente.

3. Verdades y mentiras.
No es cierto que el Jefe de Servicio de Psiquiatría del CHOU dimitiera por desavenencias con la anterior Dirección. Las relaciones de Psiquiatría, y su entonces Coordinador, con el anterior equipo directivo fueron excelentes. De ahí los grandes avances en Ourense del Plan Estratégico de Salud Mental (más profesionales, más camas, el gran cambio en Toén, la UCA, el nuevo Hospital de Día…). Santiago Lamas dimitió al no encontrar una línea de continuidad en la actual Gerencia del CHOU y al no recibir garantías de disponibilidad de profesionales para poder mantener el proyecto. Las declaraciones en las que la actual Gerente no se atiene a la verdad sobre este tema (¿o fue mal “interpretada” por el/la periodista?) sólo tuvieron eco en la edición digital de La Región. No merece la pena ni por nuestra parte ni por la de Lamas insistir en el tema. Pero creo que al menos aquí debe quedar claro.
Bueno y lo de "que no hay listas cerradas en el CHOU"..., habría que recordarle a la ctual gerente su mantra continuo sobre el temay su poco constructiva oposición política en los últimos años. Ni hay ni hubo listas cerradas. Nada ha cambiado. Debería reconocerlo pero ya sé que no lo hará. Estamos en 38 días de espera media para consultas iniciales. Está muy bien. Convendría recordar como antes dije que el trabajo sanitario es continuidad. Nada en Sanidad se hace en 6 meses y también resulta dificil deshacerlo en poco tiempo. Esa demora media (ver web) era en Marzo 09 de 33 días y en Junio de 31 días. Bueno para los pacientes de Ourense, que es lo que importa.

4. Alcohol y menores.
Me parece acertado el proyecto de ley que el Gobierno de Galicia hace con el objetivo de acabar con la venta y consumo de alcohol a menores y las medidas y sanciones que propone. Está bien que Pilar Farjas pida ideas para mejorar el proyecto en su tramitación. Ver la noticia en El País. Estoy de acuerdo con el artículo que Miguel Abad publica al respecto en La Región.

¡Danke, Gorbi!

Antes de la caída del Muro, el declive de las ideologías ya era imparable.
Todo había comenzado dos siglos antes en la Revolución Francesa y sus tres rotundos y profundos ideales: libertad, igualdad y fraternidad. Despues llegó el marxismo para hacerlos realidad a través de la política. Su aplicación real resultó un fracaso allí donde se intentó. El triángulo revolucionario se derrumbó siempre por el mismo lado, el de la libertad. La igualdad fundada en la fortaleza del estado y la pretendida fraternidad internacionalista, prometían que una vez alcanzada la madurez del nuevo orden social, la libertad llegaría por si sola como una consecuencia del hombre nuevo. No fue así: las dictaduras falsamente atribuidas al proletariado se eternizaron, y los pueblos, sometidos por décadas, nunca fueron libres. La realidad demostró que más allá de los crimenes de los siniestros personajes políticos que la protagonizaron, la condición humana no permite alcanzar la triangular perfección del paisaje revolucionario, tan fascinante en la teoría. No somos capaces de llegar a tanto.
Mientras, a este lado del muro, el capitalismo, la otra gran ideología, adquiría en determinados países occidentales su rostro más humano, empujado por la lucha obrera y sindical. Los entonces hegemónicos partidos socialdemócratas consolidaban, en la segunda mitad del siglo XX, los estados del bienestar. Una conquista social pacífica y democrática que lograba un imperfecto pero razonable equilibrio entre los tres ideales revolucionarios, en un contexto de generación mantenida de riqueza basada en el consumo de las masas. Una condición que hoy parece dificilmente sostenible sin cargarnos el planeta. A los partidos conservadores y liberales no les quedó más remedio que apuntarse, con mayor o menor entusiasmo, a este modelo amable de capitalismo que rapidamente se consideró innegociable y consustancial a la propia democracia.
Y en estas, despues del último y utópico canto revolucionario en mayo del 68, el muro cayó por el pragmático sueño de libertad de millones de personas que deseaban consumir, viajar y vivir como los habitantes del “otro lado”. Fue un proceso pacífico, incluso teatral, gracias a Gorbachov: un político inusual capaz de reconocer el fracaso y entender la rendición del bloque soviético como la mejor salida posible en aquel momento. A diferencia de otros, que aún hoy condenan a sus pueblos a la indignidad, la pobreza y la violencia antes de reconocer una derrota ya confirmada por la historia. “Danke, Gorbi”, gritaban agradecidos los berlineses mientras derribaban el muro a martillazos.
Acabado este apasionante periodo del siglo de las luces, el triunfante capitalismo, sin ataduras, amplificó el mercado hasta hacerlo insaciable, olvidándose no ya de la igualdad, sino también de la equidad. Hoy en muchos de los paises del Este de Europa, los ciudadanos se ven más pobres que en el 89 y confían cada vez menos en la democracia. Peligrosa percepción que crecerá con la Gran Recesión que el mundo globalizado está sufriendo. Triste capitalismo que permite en el siglo XXI la muerte por hambre de un niño cada 6 segundos.
A su vez, la política es cada vez más pequeña y no consigue enderezar el rumbo. Se ha convertido en un producto más del desaforado consumo, donde sólo vende el que se adapta a las tendencias del mercado electoral. Cuando el envoltorio es el que marca la diferencia, crece el populismo y acaban apareciendo Berlusconis.
Más allá de las dos ideologías fracasadas, quedan los valores frente a la mediocridad de la coyuntura. En los valores está el presente y el futuro. Los jovenes de hoy en día lo entienden bien, pero deben dar el paso de ser protagonistas y no meros espectadores. En todo caso, gracias a Gorbachov por haber comprendido, al otro lado del muro y en difíciles circunstancias, que la paz está por encima de todo.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Desmemoria


En los últimos tiempos crecen los indicios que confirman la necesidad de recuperar la memoria histórica en este país. Seguramente por eso proliferan las manifestaciones culturales que lo procuran, en contrapunto a las maniobras que dificultan el reconocimiento y la justicia para con las victimas del golpe militar del 36 y la larga dictadura franquista.
Desde la aprobación, el 26 de diciembre del 2007 por el Parlamento de España, de la Ley de la Memoria Histórica no han cesado de aparecer obstáculos para su desarrollo. Tal parece que el miedo con el que Franco y los fascistas nos sometieron durante decádas, aún no esté del todo conjurado.
Por ejemplo, nadie fuera de España entiende el acoso sin precedentes que el juez Garzón está soportando por cruzar la línea que la delicada transición política española dejó para mejores momentos. Cualquiera que lea el auto del 16 de octubre del 2008 en el que el magistrado declara abierta la investigación sobre los crímenes del franquismo, no podrá encontrar otra cosa que la búsqueda de justicia y dignidad para las víctimas. Algunos jueces, determinados políticos y ciertos medios de comunicación están, sin reconocerlo abiertamente, mostrándose como herederos y defensores del legado de la dictadura. Podría, por tanto, pensarse que son demócratas porque no tienen más remedio. ¿Qué es, si no, lo que defienden? ¿A alguien pueden quedarle dudas sobre la represión, sobre el olvido que miles de familias españolas han tenido que sufrir durante tantos años? ¿Qué sentido tiene bloquear un justo y reparador final para aquellos que hasta ahora no han podido siquiera enterrar a sus muertos y en algunos casos se vieron obligados a convivir toda la vida con sus verdugos?
¿Por qué el actual gobierno de Galicia quiere dedicar la isla de San Simón, donde cientos de republicanos fueron recluidos y torturados, a un centro de arte contemporáneo, cerrando la exposición permanente sobre nuestra memoria historia que allí estaba abierta con abundante documentación sobre la barbarie franquista? ¿Acaso, como bien le preguntó una parlamentaria del BNG al conselleiro del ramo, dedicaría usted Auschwitz a algo parecido? ¿Es la constatación del rechazo a continuar las medidas que el bipartito desarrolló para la recuperación de la memoria histórica, que un portavoz del actual gobierno gallego hizo en sede parlamentaria? ¿Dónde queda la resolución aprobada por unanimidad en octubre del 2008 por el Parlamento de Galicia que instaba a la Xunta a proseguir dichas acciones? ¿Cambian las cosas cuando se alcanza la mayoría absoluta? ¿Y la defensa de la estatua del coruñes “de pro”, Millán Astray? ¿Qúe es ese cuento de no abrir viejas heridas cuando a las victimas no se les ha permitido cerrar aún las suyas?
Por mucho que se empeñen algunos en prolongar el silencio y el olvido, las últimas fosas comunes que se abrieron en Europa no fueron en los Balcanes, sino en España y en Galicia. Teo Manuel Abad nos lo cuenta en “Flores Tristes”, un excelente documental proyectado en el último festival de cine de Ourense, con los testimonios de muchas familias gallegas, desde A Fonsagrada hasta Porriño. Familias, que conociendo las cunetas donde sus seres queridos estaban enterrados, debieron callar hasta ahora para “no tener problemas”.
Por eso es necesario que continue el trabajo de campo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Se estima que los restos de más de 130.000 “asesinados” por la dictadura quedan aún por recuperar. Y la llegada de nuevos documentales como “Señora de” de la gallega Patricia Ferreira. Un documentado trabajo sobre la oscura Sección Femenina. En él, algunas madres solteras de entonces nos cuentan su reclusión en reformatorios bajo su cargo, sin otra opción que ser “o putas o tolas”. No hace mucho de esto. ¿Quién teme a la memoria? ¿Quién se defiende en el olvido? ¿Por qué razón?

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Elogio del trabajo


El sábado pasado, de vinos con la cuadrilla, la conversación derivó, para variar, en la crisis económica que tenemos encima. Las posiciones iniciales fueron diversas: ¡que si Zapatero tiene toda la culpa, que si sólo cuarto y mitad, que si Rajoy debería ayudar un poco y proponer alternativas en vez de criticar siempre, que si no estamos peor que el resto del mundo mundial…! Nada original seguramente. A esa misma hora, en cualquier zona de ambiente de cualquier ciudad de este país, grupos como el nuestro estaban diciendo cosas parecidas al calor de un rioja, un ribera, un mencía o un buen cava.
Más tarde, los derroteros de la acalorada discusión nos llevaron a conclusiones de consenso: en la política española, desde hace ya años, falta valentía y sobra electoralismo. Las medidas que se toman, nadan en el corto plazo y no enfrentan los condicionantes específicos que hacen más virulenta y profunda la crisis en nuestro país: una cultura socioeconómica de baja productividad, de búsqueda incansable del dinero fácil, de fascinación por un trabajo “fijo” que permita “tumbarse a la bartola” el resto de la vida… Donde el riesgo de la innovación no goza del debido prestigio social.
Todos estuvimos de acuerdo en la necesidad de un discurso honrado y veraz que alerte sin tapujos del riesgo que, en el actual contexto económico, corren los servicios públicos fundamentales y las prestaciones sociales. De un liderazgo fuerte que no oculte bajo una economía demasiado subsidiada la ausencia de pasos decididos hacia el imprescindible cambio de modelo productivo. Que nos ponga las pilas. Que apueste de verdad por primar el esfuerzo, la tensión emprendedora y la creatividad. Un cambio cultural, en suma, que la actual forma de concebir la política no sólo no fomenta, sino que dificulta con crecientes dosis de populismo.
Alguien, en algún momento preguntó si ese cambio podía ser pilotado por Zapatero o por Rajoy. A pesar de las encontradas posturas iniciales, la respuesta fue unánimemente negativa. Los nombres alternativos que se propusieron los dejaremos para otro día.
Ya de vuelta a casa, antes de dormir, me dio por repasar mentalmente algunas imágenes de la última película de Clint Eastwood. Recordé el orgullo del viejo obrero jubilado de Ford por el espléndido “Gran Torino” que guardaba en su jardín. La maravilla de coche que las manos y la ilusión de aquel veterano de Corea habían contribuido a producir en la fábrica de Detroit, ahora a punto de cerrar. Admiré de nuevo su cotidiana reivindicación del trabajo dando sentido no sólo a lo producido, sino a la esencia misma del productor. Su coraje para redimir al joven y vacío vecino con el ejemplo de quien llena la existencia en las pequeñas o grandes metas que se propone, en las ideas que defiende, en las simples tareas que cada día le trae.
El valor “del trabajo bien hecho”, uno de los lemas fuerza de la campaña electoral de Felipe González en 1982, que consiguió ilusionar a más de 10 millones de españoles. El valor del “Trabajo gustoso” de otro andaluz ilustre, Juan Ramón Jiménez, admirable poeta que nos dejó esta perla: “no dejes ir un día sin cogerle su secreto, grande y breve. Por cada miga de pan duro que te dé Dios, tú dale el diamante más fresco de tu alma”.
Generosidad en el oficio de vivir, sin medir el esfuerzo, sin mirar al “de al lado” para justificar el hastío y la indolencia propias. Para llenar de sentido la vida, para espantar la epidemia de ciudadanos clónicos -aburridos consumidores de productos predigeridos-, es el momento de elogiar el trabajo. Como una manera de hincarle el diente a la crisis, acabando con la mentira de los castillos –o los ladrillos, da igual- en el aire, que siempre acaban cayendo sobre las cabezas de los que menos lo merecen. Como un actualizado mensaje de progreso. Al menos eso me pareció en una noche con amigos en el cálido otoño del 2009.

martes, 27 de octubre de 2009

Prácticas de Medicina en Ourense. Ciclo clínico.


No necesitamos una segunda Facultad de Medicina en Galicia. No es siquiera conveniente para el presente ni para el futuro. Por lo misma razón que no lo son los tres aeropuertos. La obsesión localista de A Coruña por no ser menos que Santiago y la de Vigo por no perder pie con respecto a Coruña, no deben hipotecar el desarrollo global de nuestra comunidad autónoma y la potencialidad y calidad de nuestros servicios públicos. Galicia es algo más que sus dos mayores ciudades.
La formación en medicina es un proceso largo y costoso. Su coste está estimado en 10.000 euros por alumno y curso académico. Cualquier análisis mínimamente contrastado concluye que duplicar o triplicar en Galicia las estructuras universitarias no clínicas no tiene sentido. Incrementa los costes y disminuye la masa crítica, sin aportar valor añadido alguno. Y menos aún en un momento en el que el actual gobierno de Galicia ha reducido en 10 millones de euros el presupuesto para la enseñanza superior.
Donde deben concentrarse los esfuerzos es en mejorar y ordenar de forma eficiente, armónica y coordinada la formación clínica de los futuros médicos. O sea, las prácticas de los tres últimos cursos de la carrera. Para ello es imprescindible contar con la totalidad de la red de hospitales públicos y centros de atención primaria de nuestra comunidad. Nada más inútil y desmotivador que hacer prácticas en un hospital con “mucho nombre” pero en el que la presencia masiva de estudiantes obliga a pelearse por entrar en quirófano y en el que para poder auscultar un soplo a un paciente, el fonendo tiene que abrirse paso entre una multitud de gomas y membranas compañeras de curso. Se lo dice uno al que, en su momento, le tocó sufrirlo.
Las prácticas en medicina necesitan mayor accesibilidad y personalización de la que ahora tienen. Hasta el año pasado el Complejo Hospitalario de Ourense recibia para la realización de prácticas clínicas en periodo lectivo, a alumnos de la Facultad de Santiago, habitualmente hijos de familias residentes en la provincia, con plena satisfacción de todos las partes implicadas. El CHOU cuenta con profesores clínicos asociados y tiene un buen número de profesionales capacitados y motivados para la formación clínica, a los que no les importa cual de las tres universidades gallegas sea la que convoque las plazas de colaborador docente. Tanto el CHOU como los centros de Atención Primaria del área de Ourense llevan años formando especialistas médicos y de enfermería. El hospital ha gestionado el tercer ciclo de muchos de ellos, ha impartido cursos de doctorado, está dotado con excelentes estructuras tecnológicas y de apoyo a la investigación... Es a todos luces y con independencia de nomenclaturas obsoletas e interesadas, un hospital universitario.
Hace un año y con la finalidad –entre otras- de “contener” la demanda de una nueva facultad en A Coruña, se decidió concentrar en los hospitales de Santiago, Coruña y Vigo las prácticas y el ciclo clínico de Medicina. La actual campaña del “lobby” médiatico e institucional de A Coruña, con el apenas dismulado beneplácito de la actual Consellería de Sanidade, demuestran que esa medida no consiguió lo que pretendía. Los entonces responsables sanitarios de la provincia y el presidente del colegio médico nos opusimos a que Ourense quedara fuera de esa peculiar “descentralización”. Nuestras quejas no tuvieron éxito, si bien recibimos la promesa de incorporarnos a ella a partir de 2010.
La formación práctica de Medicina en Galicia necesita al Hospital y a la Atención Primaria de Ourense. No puede desperdiciar su potencial formativo. Además, los futuros médicos de nuestra provincia tienen el derecho de recibir las prácticas en su entorno familiar, ya que cuentan en él con todas las garantías de calidad y accesibilidad. Es el momento de que nuestras instituciones ciudadanas, profesionales y políticas lo demanden unánimemente en cuantas instancias sea preciso. Y es bueno que esta reivindicación justa, alejada de localismos y solidaria con el resto de Galicia, se haga oir en los medios de comunicación.