lunes, 28 de septiembre de 2009

Opinión semanal del Blog

1. Valencia ¿A qué están esperando los chicos del Santo Job valenciano llamado Camps? Financiación ilegal de partido politico de libro: doble contabilidad, ridículo lenguaje telefónico de simulación, una farmacia en el medio, "amiguitos del alma", un juez "más que amigo"... Creo que ya tocan, sin esperar las resoluciones judiciales, las cantadas dimisiones de unos cuantos: Camps, Costa (algo raro le pasa a este, dice "que fue un error tratar con el Bigotes"), etc... Aunque como dice Juan Goytisolo en su artículo del miércoles en El País: "... poco importa que sean chorizos, si son de los nuestros". O sea el rancio espíritu de clan, actuando en Valencia para que la corrupción aporte más votos al "saco". ¿Hasta dónde llegará el modelo Fabra? ¿Hasta un nuevo y levantino Berlusconi? "Muerte a la inteligencia" dijo Millán Astray, ahora considerado por el amigo Negreira como un "coruñes de pro".
2. Alba y Paula. A mi me parece muy bien que vayais a la recepción con Obama, vestidas como mejor os parezca. Es un claro signo de la libertad en la que estais siendo educadas y del respeto que se tiene en vuestra familia a vuestra individualidad y a la necesidad adolescente de diferenciarse de "sus adultos" confluyendo, si es necesario, con "sus iguales". Vuestro atuendo politicamente incorrecto es tan válido como la corbatita del hijo de Sarkozy. Ninguna importancia a las vejatorias imágenes y opiniones que podais ver en Internet. La libertad que vuestros padres respetan tiene coste pero el actual dolor os terminará fortaleciendo. Los impresentables son los que como González Pons y Arenas se atreven a decir que "la culpa es de ZP y Sonsoles". Interesante la opinión de la hija de MacCain que recoje hoy La Voz de Galicia.
3. Maite Iraola. La misma historia en el fondo que la de Paula y Alba, pero en el cutre Benidorm en vez del glamouroso Metropolitan Museum de New York. El clan nunca puede estar por encima de las opciones personales. Por mucho que una madre quiera a su hija. El amor sólo es posible en un entorno de libertad y coherencia personal. Todo mi apoyo a la madre de Leire. Para los dos casos vale una frase sacada del moralismo francés del XVIII: "la hipocresía es el homenaje que el vicio le hace a la virtud".
4. Louzán y Manostijeras ven distinto lo de Mos y Gondomar que lo de Benidorm. Y lo que vendrá en Silleda les parece "comprensible". Dos varas de medir, la mota en el ojo ajeno y la viga en el propio... Pero es que el presi de la diputación pontevedresa no sólo autoriza mociones de censura con transfugas sino que premia a los corderos descarriados que vuelven al redil con premios importantes (dedicaciones exclusivas en la diputación con una buena pasta de retribución fija...). Por cierto lo de las Diputaciones parece escandaloso, sobre todo en un momento de crisis económica como el actual: los datos que Cristina Huete apunta en su crónica del viernes en El País en relación al alcalde de Melón, son sufientemente graves como para que alguien de la diputación de Ourense aporte otra versión o las correspondientes explicaciones.
5. Gripe A. Muy sencillo. La tendrá más gente pero será aún más leve que la gripe estacional. Si aparece, agua, paracetamol, paciencia, medidas higiénicas ya conocidas y casa hasta 24 horas después de la desaparición de la fiebre. No hace falta ir al médico ni a Urgencias, salvo:
a) si aparecen sintomas de alarma: dificultad para respirar o dolor torácico, vomitos importantes...
b) si existen enfermedades crónicas previas: en ese caso el médico de cabecera deberá valorar el uso de antivirales.
Todo igual que otros años. Los niños lo mismo. Nada de cerrar escuelas ni retrasar intervenciones programadas ni prolongar las bajas laborales más allá de lo necesario. Nada de aislamientos ni mascarillas en casa, la calle, los estadios...
Sentido común y la práctica habitual de los médicos de familia. Llegó la hora del manejo normal de una nueva gripe -menos grave que la estacional. Una gripe cuya transmisión ya no se va a limitar más allá de lo que que consigan las medidas higienicas básicas y la vacuna cuando esté disponible para los grupos que los epidemiologos recomienden en su momento.
Nada más. Así de sencillo. Complicarlo más es lo que acarrearía un problema de organización asistencial y social sin beneficio sanitario alguno.
Pero he aquí que compraron muchas mascarillas quirúrgicas y habrá que gastarlas (ver anuncios publicitarios on-line que incluyen las indicaciones del Ministerio; ejemplo de parasitación de lo público por lo comercial). En Galicia, el protocolo es: desde los Centros de Salud y las Urgencias hay que dar 50 a cada paciente con sospecha de gripe A. O sea, un invierno de viejecitos y niños con mascarillas en casa y en la calle, creando un escenario de alarma similar al de las pelis de catástrofes y al de determinadas ciudades asiáticas. Sin necesidad. Salvo situaciones muy concretas es suficiente con toser y estornudar en el pañuelo y hablar al otro desde cierta distancia si se está griposo o acatarrado. Un esperpento lo de las mascarillas, en mi opinión.
6. Garzón (la memoria histórica) y "difama que algo queda". El viernes 25 en Santiago, en la Plaza del Obradoiro se leyó un manifiesto titulado "Galicia con Garzón". Un acto de desagravio al juez que se atrevió a investigar los crimenes franquistas y que curiosamente es el único imputado en relación a ellos. Allí estuvieron en persona Isaac Díaz Pardo, Manolo Rivas, las asociaciones para la recuperación de la Memoria Histórica, las madres contra la droga, el PEN club... Y muchos quisieramos haber estado para denunciar el escándalo que supone el enjuiciamiento de Garzón por las maniobras de la ultraderecha franquista y el escaso desarrollo de la Ley de Memoria Histórica. Agustín Bahamonde, diputado del PP en el Parlamento de Galicia, dice: "la culpa del franquismo es de los de un lado y los de otro". ¡Cómo se les ve el plumero!
Leed el artículo de Suso de Toro en El País para entender este tipo de afirmaciones. "Jugar con miedo", la estrategia clásica de la derecha española. Allí hace un comentario final a una táctica consecuente con esa estrategia: "difama que algo queda". En este caso en referencia a la denuncia a las reformas en la vivienda de Pachi Vazquez. Siguiente capitulo al de los altos cargos del bipartito que enviaban a sus hijos a los centros educativos que segregan por sexo a sus alumnos (ved en La Voz de Galicia la vergonzante respuesta parlamentaria del triste conselleiro Jesús Vázquez), al de los Audi y las sillas de Touriño y al de la persecución que no cesa a Anxo Quintana.
7. Xosé Humberto Baena. Ayer 27 de Septiembre se cumple el aniversario de los últimos fusilamientos del franquismo. La triste noche que precedió "al alba" del día siguiente. La familia de Baena pide a Zapatero que anule el "consejo de guerra sumarísimo" y les ayude en su lucha desesperada por demostrar la injusticia cometida con Humberto, condenado sin prueba alguna. Leed la carta de Flor, su hermana, y un resumen de 4 minutos del documental "Septiembre del 75", donde se aporta el recuerdo de aquellos años de lucha contra la dictadura en el combativo Vigo industrial de los setenta. Todo el apoyo de este blog a la declaración de ilegitimidad, por la democracia española, de aquella última pena de muerte del franquismo.

Un fracaso colectivo


“Ninguna oposición llegó al gobierno ofreciendo sangre, sudor y lágrimas”, dice Cristóbal Montoro, responsable económico del PP. Seguramente por eso, su partido se limita a oponerse por sistema a cualquier propuesta del equipo de Zapatero y evita apostar por alternativas que generen rechazo social. Por la misma razón su plan de reformas, no modificado desde Abril a pesar de la cambiante coyuntura, es un conjunto de ideas genéricas e inconcretas salvo por la insistencia en bajar los impuestos y disminuir el gasto público. Sabiendo que es imposible, como lo ha sido en Galicia a pesar de estar en el programa de gobierno de Núñez Feijóo. O sea, sin decir la verdad. Apenas disimulando la satisfacción por cada nuevo dato negativo en la economía que creen les acerca más a la Moncloa.
Y ante una oposición inamovible y encantada de conocerse, un gobierno errático y falto de claridad –por tanto de credibilidad-. El miedo a poner sobre la mesa la dificilísima situación en la que nos hemos metido, sigue llevándole a confundir el deseo con la realidad. Según todos los indicios, la economía española no ha tocado fondo por mucho que lo repita ZP. Seguirá empeorando durante unos años más. Se gobierna con algunas ideas claras, concordantes con una política socialdemócrata de protección al desfavorecido y de mantenimiento de los servicios e inversiones públicas. Pero con demasiados errores y titubeos en la vertebración y comunicación de las medidas tomadas, reflejo del enorme temor a sufrir una sangría de votos si la verdad se expone sin tapujos. Con incoherencias estratégicas como disminuir el presupuesto para I+D+i cuando más falta hace. Con falta de decisión para implementar los necesarios cambios en las relaciones laborales que incrementen la productividad y favorezcan la contratación.
Ahora bien, después de afirmar que gobierno y oposición no están dando la talla, hay que decir que el verdadero problema no está ni en uno ni en otro. Está en que este país ha vivido largo tiempo en un prolongado espejismo económico que no se correspondía con la realidad y durante el que no se hicieron las reformas estructurales necesarias. Tampoco la sociedad, acomodada en el “boom”, las hubiera entendido. La consecuencia de no haber actuado a tiempo es que la tasa de paro va a estar durante varios años cerca del 20% y hasta la próxima década al menos, no se va a recuperar, ni de lejos, la situación del 2007. La construcción ya no podrá ser el motor de nuestra economía –aún hay un millón de viviendas por vender- y el necesario cambio de modelo productivo no aparecerá de la noche a la mañana. Con un agravante añadido: la mayor caída del empleo en los más jóvenes puede llevarles a ser, como definieron los expertos de la OCDE en su último informe, una “generación perdida”.
Y esta dolorosa verdad lo será gobierne quién gobierne. Tenemos un serio problema derivado del fracaso colectivo en cuanto a previsión de varias generaciones. Somos el fruto de lo sembrado: un país con grandes virtudes, pero con baja productividad laboral y escasa cultura de innovación y riesgo. No es, por tanto, una cuestión sólo de política económica: es algo más básico lo que entre todos debemos modificar.
En cualquier caso, determinadas decisiones en cuanto a gasto público y fiscalidad -todas discutibles- pueden ayudar si se acierta con el momento oportuno de tomarlas. Por eso, en base al reconocimiento compartido de la difícil situación, una realista “hoja de ruta” debe consensuarse al máximo entre gobierno y oposición para que genere confianza en los ciudadanos. Para fortalecernos en la complicada travesía del desierto que nos espera. Para poder pedir sangre, sudor y lágrimas a todos los españoles. Si fue posible en la lucha antiterrorista, también debe serlo en este problema de supervivencia de país. Convendría que esto fuera una exigencia de la sociedad civil. Si aún existe.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Papá Estado


Estas semanas, a raíz de los sucesos de Pozuelo, se ha producido un debate social muy interesante y a la vez inusual, al menos en este país. Por una vez no se ha culpado al ayuntamiento, a la policía o a los maestros de los actos vandálicos de los ya famosos pijoborroka de esa localidad madrileña. Diversas voces han alertado sobre el creciente abandono por los padres de sus responsabilidades educativas para con sus hijos.
La conciencia social, los valores, los límites en el comportamiento individual y los deberes que toda persona tiene con respecto a sus semejantes y a la sociedad que le rodea se aprenden, sobre todo, en la familia. Y no sólo en la familia, también en el trabajo, en el uso de los servicios públicos… En la vida, en suma.
Ya hace años que lo estamos olvidando en esta blanda y conformista “arcadia feliz” en la que vivimos. Conocemos todo sobre nuestros derechos y volvemos ante el menor problema los ojos hacia los poderes públicos y los políticos. Cuando nos sentimos personalmente perjudicados, ponemos el grito en el cielo y exigimos al “papá estado” una rápida y absoluta reparación. Pero a la par, hacemos abstracción de nuestras obligaciones como ciudadanos y, con frecuencia, ni siquiera reparamos en la parte que nos toca en la conservación y mejora de los asuntos de la comunidad. Si esta es la actitud que mostramos como adultos, ¿qué esperamos de nuestros cachorros?
Otras preguntas con respuesta: ¿Nos hacemos corresponsables de nuestro sistema público de salud? ¿Acudimos a urgencias sólo porque allí la atención es a cualquier hora inmediata y cuando somos mayores, acumulamos en casa medicinas sin usar porque, total, son gratis? ¿Cuántos afean su conducta a los que se escaquean del IVA o te piden en “negro” una parte de la entrada para el piso? ¿Jaleamos o reprochamos al amigo que se jacta de sus trucos para no pagar impuestos? ¿Alguien recrimina a los que tiran el papel o la colilla al suelo?
Somos uno de los países occidentales con menor productividad, pero… ¿cuántos replican al compañero de trabajo cuando dice: “eso no lo hagas que no tienes obligación” o “déjalo para mañana que ya son las dos”? Se sabe que en España hay un significativo subgrupo de anotados al paro que no mantienen una búsqueda activa de empleo y que no acuden a los cursos de formación que se les ofertan: ¿es esto justo con el resto de parados que darían media vida por un trabajo digno? Si es así, ¿por qué no lo dice nadie?
Creo sinceramente que ahora necesitamos hablar más de deberes que de derechos. Y lo digo desde su defensa más radical. Ni un paso atrás en la educación y en la sanidad pública, en las coberturas sociales, en la seguridad ciudadana y en tantos otros derechos con los que este país se ha dotado en democracia. Es más, adelante con los que quedan por desarrollar: dependencia… Pero desde el cumplimiento de la parte que personalmente nos corresponde en su sostenibilidad.
Los líderes políticos, sindicales y de opinión deben introducir este mensaje básico de recuperación de valores y obligaciones en su discurso. Sin pedagogía social, el liderazgo no es más que puro marketing. Los ciudadanos adultos y sus hijos tienen que oírlo una y mil veces para salir de la actual decadencia y desafección por lo público. En todo caso, la política, el estado, no ostentan el monopolio de la culpa. No son más que nuestro propio reflejo y éste, últimamente, parece un poco borroso.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Septiembre


Un mes de retornos y melancolías. En él todo es posible -incluso probable-: el calor puede ser más agobiante que en los días centrales del verano, las lluvias aparecer de pronto con una fuerza incontenible, el frío invernal adelantar su llegada… En Septiembre la naturaleza es libre. No está obligada a cumplir las expectativas de nadie, ni los modelos de años anteriores. Por eso el fondo de armario protesta y se revuelve desorientado… Si el caos puede anidar entre nosotros, lo hará en Septiembre.
Para los seres humanos, también es tiempo de mudanza, de nuevas o renovadas ilusiones, de intensa e inexplicable tristeza, de incertidumbre ante el nuevo ciclo de las estaciones, ante un otoño y un invierno que se nos antojan largos y difíciles…
Por eso, Septiembre es el mes creativo por excelencia, con emociones a flor de piel, con sensaciones que acuden sin ser llamadas. Distintas para cada uno.
Para mí, este Septiembre llegó junto al Mar de Arousa, en un hermoso atardecer de laguna tapizada de nenúfares y patos viajeros. Continuó horas después con el disfrute de la sinfonía de Guardiola, Xavi y Messi, alegrando de nuevo el corazón y la vista de los culés confesos y convictos, como el que suscribe.
Días más tarde, se hizo expresión valiente de tristeza, dolor y violencia en el “Anticristo” de Lars Von Trier. Sin concesiones ni barreras expresivas. Cine de brutal excelencia, de incontenible fuerza visual: inmersos en un entorno de bosques tenebrosos y animales acechantes -la naturaleza como la “iglesia de Satán”-, una pareja pugna por redimir el dolor de la ausencia y la intolerable carga de su culpa. Allí, en un caos de amor, sexo y muerte, Von Trier retuerce los personajes con una tremenda fuerza transgresora. Imágenes como rayos que emocionan, que inducen una profunda desazón en el espectador. Recuerdos de Bergman en “Gritos y Susurros” y “Secretos de un matrimonio” o de Buñuel en “El perro andaluz”.
Pesadilla romántica en Septiembre que se esfuma al contemplar, al salir de la sala, las viñas de La Rioja, rebosantes de uvas ya a la espera de los vendimiadores -nadie como ellos conoce el voluble comportamiento de la naturaleza en este noveno mes del año-. Uvas de tempranillo que, ese mismo atardecer en la bodega, nos descubren sus complejos matices para sorprender de nuevo a la vista, el paladar y el olfato.
Y de ahí a la frescura de la noche que llega mitigando la canícula de este libérrimo mes que por ahora ha decidido prolongar al máximo el verano y que nadie sabe lo que mañana nos deparará.
Sabor, olor, dolor, miedo, alegría... Sensaciones, emociones, vida que Septiembre nos trae.

jueves, 10 de septiembre de 2009

DON JOAQUÍN


Los más jóvenes ni siquiera habrán oído hablar de él, uno de los nombres básicos de la Transición española. Don Joaquín Ruiz- Giménez: si el cielo existe, allí se fue hace una semana. Se marchó un hombre bueno, capaz de ponerse siempre en el lugar del otro. Una cualidad que hoy, en este mundo falsamente competitivo, se valora poco.
Hay quien dice que fracasó en su aventura electoral con Izquierda Democrática, una parte de la Democracia Cristiana de 1977. Y que con ello se extinguió. No es así. Su discurso siempre trascendió la electoralidad. Por eso debió retirarse de la política partidista. Su personalidad, como la de otros hombres buenos de entonces -Tierno Galván, Bandrés…- nunca cupo en el concepto de partido político como unidad de pensamiento aglutinado por la consigna. Un concepto ahora indispensable y que, ya por aquel entonces, comenzaba a imponerse. Sus ideas, su forma de entender el mundo eran demasiado complejas para caber en un mitin, para vender en el supermercado de las campañas electorales.
Lo leí por primera vez en Cuadernos por el Diálogo, aquella revista que, sin clandestinidad pero con cuidado por si alguno de la “social” andaba cerca, comprábamos los universitarios españoles a inicios de los setenta, en los quioscos de la entrada del campus. Quisiera -como pequeño homenaje personal- reproducir en su literalidad parte del primer editorial de la revista, allá por el año 63. Lo tituló La Razón de Ser y decía: “Sólo tres cualidades se exigen para lograr presencia activa en estas páginas: un mutuo respeto personal, una atenta sensibilidad para todos los valores que dan sentido a la vida humana y un común afán de construir un mundo más libre, solidario y justo”. Por este tipo de pronunciamientos, Cuadernos y Don Joaquín fueron esenciales para generalizar la pulsión democrática en un país aún aplastado por la dictadura. Resultaron ser puentes esenciales. De ellos estuvo impregnada la transición y aún hoy en día, en muchos de nosotros, recrece la nostalgia por esas figuras políticas que abominaban de la dialéctica amigo-enemigo, del enfrentamiento como estrategia. De quienes fueron capaces de convocar, ceder, callarse cuando tocaba, pensar sólo en el bien común, pactar, moderar, enseñar...
Don Joaquín fue un soñador y su sueño se cumplió. Un sueño de diálogo, de ilustración, de consensos capaces de conjurar las dos Españas. Él, procedente de las fraguas del franquismo, consiguió paradojicamente ser uno de los mejores intérpretes de Antonio Machado, su poeta preferido. Dicen sus amigos que, con frecuencia, repetía uno de sus versos menos conocidos: “busca a tu complementario que marcha siempre contigo y suele ser tu contrario”. Don Joaquín lo hizo. Defendió en los tribunales durante los años de plomo, a sus “contrarios” de entonces: comunistas, anarquistas, sindicalistas de Comisiones Obreras…
Algunos, en aquellos años de quioscos como heraldos de la libertad, cuando Cuadernos desapareció, pasamos a comprar Triunfo, El Viejo Topo, Ajo Blanco… mientras, militantes de organizaciones de izquierda, soñábamos con cambiar el mundo corriendo delante de los entonces grises. Pero sin olvidar nunca a Don Joaquín, el más tarde Defensor del Pueblo, que al menos para mí siempre fue un referente ético.
Un triunfador en el sentido más profundo de la palabra, no precisamente el más actual. Murió a los 96 años, sin el reconocimiento público merecido, pero con la grandeza de espíritu que, en vida, le caracterizó. Descansa en paz, maestro.