martes, 27 de octubre de 2009

Prácticas de Medicina en Ourense. Ciclo clínico.


No necesitamos una segunda Facultad de Medicina en Galicia. No es siquiera conveniente para el presente ni para el futuro. Por lo misma razón que no lo son los tres aeropuertos. La obsesión localista de A Coruña por no ser menos que Santiago y la de Vigo por no perder pie con respecto a Coruña, no deben hipotecar el desarrollo global de nuestra comunidad autónoma y la potencialidad y calidad de nuestros servicios públicos. Galicia es algo más que sus dos mayores ciudades.
La formación en medicina es un proceso largo y costoso. Su coste está estimado en 10.000 euros por alumno y curso académico. Cualquier análisis mínimamente contrastado concluye que duplicar o triplicar en Galicia las estructuras universitarias no clínicas no tiene sentido. Incrementa los costes y disminuye la masa crítica, sin aportar valor añadido alguno. Y menos aún en un momento en el que el actual gobierno de Galicia ha reducido en 10 millones de euros el presupuesto para la enseñanza superior.
Donde deben concentrarse los esfuerzos es en mejorar y ordenar de forma eficiente, armónica y coordinada la formación clínica de los futuros médicos. O sea, las prácticas de los tres últimos cursos de la carrera. Para ello es imprescindible contar con la totalidad de la red de hospitales públicos y centros de atención primaria de nuestra comunidad. Nada más inútil y desmotivador que hacer prácticas en un hospital con “mucho nombre” pero en el que la presencia masiva de estudiantes obliga a pelearse por entrar en quirófano y en el que para poder auscultar un soplo a un paciente, el fonendo tiene que abrirse paso entre una multitud de gomas y membranas compañeras de curso. Se lo dice uno al que, en su momento, le tocó sufrirlo.
Las prácticas en medicina necesitan mayor accesibilidad y personalización de la que ahora tienen. Hasta el año pasado el Complejo Hospitalario de Ourense recibia para la realización de prácticas clínicas en periodo lectivo, a alumnos de la Facultad de Santiago, habitualmente hijos de familias residentes en la provincia, con plena satisfacción de todos las partes implicadas. El CHOU cuenta con profesores clínicos asociados y tiene un buen número de profesionales capacitados y motivados para la formación clínica, a los que no les importa cual de las tres universidades gallegas sea la que convoque las plazas de colaborador docente. Tanto el CHOU como los centros de Atención Primaria del área de Ourense llevan años formando especialistas médicos y de enfermería. El hospital ha gestionado el tercer ciclo de muchos de ellos, ha impartido cursos de doctorado, está dotado con excelentes estructuras tecnológicas y de apoyo a la investigación... Es a todos luces y con independencia de nomenclaturas obsoletas e interesadas, un hospital universitario.
Hace un año y con la finalidad –entre otras- de “contener” la demanda de una nueva facultad en A Coruña, se decidió concentrar en los hospitales de Santiago, Coruña y Vigo las prácticas y el ciclo clínico de Medicina. La actual campaña del “lobby” médiatico e institucional de A Coruña, con el apenas dismulado beneplácito de la actual Consellería de Sanidade, demuestran que esa medida no consiguió lo que pretendía. Los entonces responsables sanitarios de la provincia y el presidente del colegio médico nos opusimos a que Ourense quedara fuera de esa peculiar “descentralización”. Nuestras quejas no tuvieron éxito, si bien recibimos la promesa de incorporarnos a ella a partir de 2010.
La formación práctica de Medicina en Galicia necesita al Hospital y a la Atención Primaria de Ourense. No puede desperdiciar su potencial formativo. Además, los futuros médicos de nuestra provincia tienen el derecho de recibir las prácticas en su entorno familiar, ya que cuentan en él con todas las garantías de calidad y accesibilidad. Es el momento de que nuestras instituciones ciudadanas, profesionales y políticas lo demanden unánimemente en cuantas instancias sea preciso. Y es bueno que esta reivindicación justa, alejada de localismos y solidaria con el resto de Galicia, se haga oir en los medios de comunicación.

lunes, 26 de octubre de 2009

Opinión blog 3: Cine.

Esta opinión está dedicada al cine: a los estrenos y a las películas del Festival de Ourense.

1) “Si la cosa funciona” de Woody Allen. Las películas se parecen al vino. Algunas tienen una excelente entrada en boca, nos estimulan y sorprenden al primer contacto pero se diluyen con demasiada rapidez. A otras en cambio por su complejidad o sus matices les cuesta penetrar en nuestras papilas cinematográficas pero cuando lo hacen dejan su recuerdo gustativo como una huella de sentimientos o reflexiones que nos acompaña para siempre o al menos por un tiempo largo.
A la última entrega de Woody Allen le pasa lo que a las primeras. Su rápida puesta en escena, la facilidad para la frase imaginativa e irónica del protagonista, el corta y pega de todos los temas y obsesiones que Woody ha mostrado a lo largo de su carrera, su ritmo, la dosificación del humor negro que contiene resultan impactantes y divertidos. La figura de su alter ego, el judío misántropo Boris Yellnikoff, con reminiscencias de Groucho Marx, pretende dirigirnos un discurso moral “ma non troppo”, provocarnos e inundar la pantalla de vitriolo existencial que escapa de todo tipo de tópicos. Pero aparentando reivindicar lo políticamente incorrecto alcanza la máxima corrección en ese canto al Carpe Diem, lleno de modernos lugares comunes (homosexualidad, glamour en calzoncillos…). Bueno se deja ver pero no es más que un azucarillo que no dura nada en la boca. Por cierto Boyero se nos está poniendo blandito.

2) “The visitor” de Tom McCarthy. Todo lo contrario que la anterior. Profunda, vibrante, emocionante. Una figura, la del profesor de economía, que nos remite al más puro concepto de civilización. A la mirada limpia del que observa y siente sin prejuicios. A la cara más admirable del ser humano. Un vistazo a la bondad y a la solidaridad sin pretensiones moralistas. Una pertinente crítica a las políticas de inmigración en los EEUU, por desgracia cada vez más parecidas a las de los estados europeos. Con una historia de amor que crece sutilmente, llena de magníficas elipsis y algunos interpretes secundarios más que notables, como la madre del amigo sirio en su elegante sencillez, física y espiritual. Serena, honrada y civilizada. Se queda contigo unos días y se recuerda levantando el sombrero para saludarla.

3) “La caja de Pandora” de Yesim Ustaoglu. También muy interesante. Un lúcido e inhabitual acercamiento al Alzheimer, mucho más profundo y honesto que el de “El hijo de la novia” de Campanella y otros muchos que se han filmado. Sombría y aplastante por momentos, se recrea en la niebla de Estambul y la Turquia rural buscando introducir al espectador en el drama de personajes perdidos en la bruma. En una familia sin norte ni presente ni futuro. Sin amor ni capacidad para tenerlo. El ritmo es sin duda demasiado lento de una forma provocada, pero excesiva. Sobran algunas paradas para recrearse en los paisajes desolados y olvidados. Pero apuesta por la libertad y contra el convencionalismo. Situa al Alzheimer en el lugar que merece: un escenario que “borra la memoria pero no los sentimientos”, como Maragall ha afirmado en una reciente entrevista. Y al final, el derecho a decidir. Y la única lagrima de amor en el más excluido de la familia/ sociedad. Valiente y diferente.
Al hilo de esta película quiero que veáis este video corto y aleccionador por el que yo mismo también debo pedir perdón a "alguien".

4) “Flores tristes” de Teo Manuel Abad. Un indispensable recorrido por la Memoria Histórica de Galicia, un país donde no hubo guerra, sólo represión. Las últimas fosas comunes abiertas en Europa no fueron las de Bosnia sino las de Galicia. Cunetas con cadáveres que deben ser restituidos a sus familias. Testimonios de gentes que han sufrido el olvido de la “longa noite de pedra” y la cobardía de la transición democrática para con los perdedores y los represaliados de la dictadura. Desde A Fonsagrada a Ponteareas, Porriño... Historias que deben ser contadas y casos que claman justicia y el necesario reconocimiento. Asesinos, algunos todavía vivos, que nunca fueron acusados por sus crimenes. Para encarar el presente es indispensable la memoria. Ningún demócrata en Galicia puede perderse este documental que contiene nuestra desconocida y "ocultada" historia reciente.

5) Homenaje a Eloy Lozano: una decepción la escasísima presencia de público. Quién hizo posible un Festival que ya cumple quince años, merecía el reconocimiento masivo de la ciudad por la que trabajó contra viento y marea. Que además no lo comprendió y acabó mandándolo al exilio de Compostela. Una mesa redonda, absolutamente inadecuada, alguno de cuyos integrantes, por lo poco que puedo conocer de la trayectoria de Eloy, no era precisamente el más idóneo en este homenaje. Un formato que debe revisarse.

sábado, 24 de octubre de 2009

Don Juan


Esta semana se va Juan Monedero a su tierra andaluza. Se va de Ourense dejando un reguero de buenos amigos. Después de casi 30 años de trabajo en esta ciudad. Como médico en la Prisión, en los dispositivos asistenciales de atención a drogodependencias del Concello y en su penúltima etapa como Delegado de Sanidad en la provincia de Ourense. Tuve el privilegio de trabajar con él, codo con codo, en estos años en los que compartimos responsabilidades en la gestión sanitaria. Y puedo afirmar que fue capaz de liderar, con total generosidad, un grupo humano cohesionado, solidario en las decisiones y volcado en la labor de mejorar la salud de nuestros ciudadanos. Fue respetuoso con todos y puso siempre el interés de Ourense por encima de sí mismo y del partido en el que milita. No hubo ningún asomo de sectarismo en su labor y buscó con constancia el acuerdo y el consenso hasta la extenuación, como bien dijo en su última entrevista en La Voz. Una lástima: se nos va un demócrata, un experimentado servidor público y una extraordinaria persona.
Pero antes de que se vaya quisiera reconocer públicamente su indispensable papel en la consecución de la Unidad de Hemodinámica para el CHOU. Sin Juan Monedero no la hubiéramos conseguido. Sólo David Simón y yo mismo conocemos por completo, su capital y definitiva contribución a esa realidad que, desmintiendo algunas cicateras opiniones iniciales, es hoy un servicio de gran calidad y eficiencia que ayuda a preservar las vidas y los corazones de los ourensanos. Por eso, y por tantas otras cosas, esta ciudad y esta provincia te despiden con gratitud. Hasta siempre, amigo.

viernes, 23 de octubre de 2009

Locos por el cine


Hace unos años les hablé de un amigo raro que tengo. Seguro que no lo recuerdan. Un tipo cuya vida cabe en un maletín que contiene un cepillo de dientes, un pijama, una muda, una botella de ron y un “pen drive” (tan de moda últimamente en la vida política de este país). Tal como entonces les expliqué, mi amigo es lo más parecido a un moderno caballero andante sin domicilio fijo ni propiedad alguna. Su sueldo de analista, asesor, promotor de iniciativas culturales y ya no sé cuantas cosas más, lo gasta íntegramente en viajes y visitas periódicas a las casas de sus amigos.
A mi casa viene una vez al año, coincidiendo con el festival de cine de Ourense. Una semana siempre apasionante y ajetreada que paso con él de película en película. Del Auditorio a los multicines, pasando por el Principal, con paradas técnicas en los vinos para tomar aire y algo más. Acabando el día en el salón de casa a las tantas, desentrañando juntos las experiencias cinematográficas de la jornada con una copa de su ron para cada uno y los dos hielos que mi nevera aporta. Él nunca tiene prisa por acostarse y siempre intenta hacerme olvidar que yo, al día siguiente, madrugo.
A veces lo consigue. Como anoche, cuando después de recordar la maravilla de “The Visitor” que vimos el lunes y el reencuentro con la civilización que propone, me soltó de golpe la más sorprendente confidencia que nadie me ha hecho nunca. Fue al salir de un cine de Madrid donde acababa de ver “El extraño caso de Benjamín Button”, para mí una de las mejores películas de los últimos años en la que el protagonista nace ya viejo y su peripecia vital es la inversa a la del común de “los mortales”. Puede que saliera del inquietante mensaje de la imposible historia de amor que ese guión contiene o de las lecturas de Francisco Umbral en las que aquellos días andaba enfrascado, la cuestión es que desde entonces nota que le ha salido un muerto.
Sí, un muerto. A mi amigo le ha salido un muerto, como al que le sale un lunar, una verruga, una hernia… Dice que habita en su interior y le acompaña a todas partes. ¡A él tan celoso siempre de su intimidad! Nunca hasta el primaveral día en que lo descubrió había sido consciente de su presencia, aunque él –el muerto- le asegura que lleva a su lado toda la vida. El hecho es que ahora lo nota permanentemente, lo ve y lo siente. Comprueba una y otra vez que imita sus gestos, su manera de andar, comparte sus gustos, su cepillo de dientes… Y cuando duerme, sabe que él también duerme a su lado.
Pueden imaginarse mi cara al escuchar su relato. Intenté recabar más información, le pregunté si había ido al psiquiatra, si se lo había contado a alguien más… Pero en vez de responderme sacó una copa más del armario, me pidió tres hielos y dijo: “¡al muerto también le gusta el ron con un cubito, igual que a nosotros!”. Después me contó más cosas sobre la convivencia con su propio difunto. Me aseguró que estaba resultando más fácil de lo esperable, que tras unos días de perplejidad y desesperación, los dos habían conseguido una relación confortable y beneficiosa para ambos. Al parecer le ha tocado en suerte un muerto tolerante y razonable que a cambio de compañía, acepta cargar con algunos de sus errores y frustraciones. Ahora si a mi amigo le cae una mancha en el pantalón, llega tarde a una cita, le duele el estomago o cosas así…, la culpa es del muerto. Y el muerto lo asume con cordialidad, sin reproches ni discusiones. No le importa que no lo presente en sociedad ni que de vez en cuando lo ignore, sólo le pide que se cuide mucho porque sabe, dice mi amigo, “que si yo me muero nos morimos los dos”.
Total, que eran los dos de la mañana cuando me acosté. Hoy habrá que hacer una pequeña siesta para ir después a ver, los tres juntos, “La caja de Pandora” y “Everyone else”. ¡Disfruten también ustedes, en buena compañía, de lo que queda del festival de cine de Ourense!
A mi amigo Luis Ferrer que una tarde me prestó un muerto para salir de un apuro. ¡Larga vida para Luis!

lunes, 12 de octubre de 2009

Gracias a la vida


Murió Mercedes Sosa, “la negra”. La de la voz profunda, poderosa y vibrante. Acompañada de sus amigos pasó el primer día de su muerte en el Salón de los Pasos Perdidos, en el Congreso de la República Argentina. Allí, su corazón de Tucumán descansó agradecido por la vida que le tocó vivir. Después, cruzó el centro de la metrópoli, paseando las calles porteñas nuevamente, para reposar definitivamente en el cementerio de Chacarita. En una de esas ciudades dentro de la gran ciudad que Buenos Aires tiene para acoger a miríadas de inmóviles habitantes cuya única tarea es esperar cada semana la visita de sus seres queridos, aunque sólo sea para acabar aquella conversación que quedó pendiente –ya saben lo locuaces que pueden llegar a ser los argentinos-. Así de relativa es la muerte por estos pagos, en los que la vida raramente se muestra indiferente.
En Chacarita, el lunes durante el entierro, volvieron a escucharse canciones ya eternas como “Sólo le pido a Dios”, “Alfonsina y el mar”, “Volver a los 17” y tantas otras con las que “la negra” nos emocionó. Fueron sus “hermanos” de las barriadas populares quienes recuperaron su voz en ese último homenaje. Ese mismo día, en los boliches de San Telmo, los vocalistas espontáneos de la noche porteña evocaron en cada tarima a Mercedes Sosa. Y entre una Quilmes y la siguiente, seguro que algún muchacho de los suburbios, ya decidido a emigrar en busca de un futuro sin tantas penurias, derramó un chorro de lágrimas al escuchar en la “Serenata para la tierra de uno” aquello de “me duele si me quedo, pero me muero si me voy”.
Algunos en mi generación, también llamamos a la puerta del mundo descubriendo a “la negra” y a otras voces que llegaban de América: Violeta Parra, Quilapayún, Joan Baez, Dylan, Víctor Jara... Eran tiempos en los que los primeros amores y el compromiso social y político llegaban amarrados a esas músicas del otro lado del charco, intensas, llenas de esperanza, de valores, de sueños... Parte de lo que somos está en aquellas canciones. Por eso “algo” se revuelve dentro cuando las escuchas de nuevo. No es sólo la nostalgia, es la huella aún fresca del primer encuentro con algún sentimiento envuelto en los versos apasionados de aquellos cantores comprometidos. Un recuerdo en las vísceras –diría yo- que no se irá nunca, que está para siempre en el disco duro. Aunque ya no aspiremos a cambiar el mundo. Aunque ya nos baste con que no explote.
Hoy he vuelto a escuchar “Gracias a la vida que me ha dado tanto…” y he descubierto que la canción más conocida de la “negra” encierra las claves de la transición generacional que me tocó vivir. Aquella que sustituyó al dios del miedo y el pecado que castigó nuestra infancia, al que todo había que pedir y pagar, por la plenitud de una existencia que resultó ser generosa y gratuita. Una transición generacional, positiva y alegre, que fue el preludio y la esencia de la que este país colectivamente experimentó con éxito unos años después.
Para mi no hay duda de que esa vida agradecida que la canción propone, conduce de forma natural, por encima de las doctrinas, las ideologías y las religiones, a un compromiso real con los más desfavorecidos, con “los ojos que no pueden ser luceros”, con los que “aún no poseen la palabra”... El que vive sintiendo “lo tanto que le han dado”, no puede quejarse y no hacer nada. Por eso sólo le queda entregarse a “eso que llaman amor para vivir”.
Mercedes Sosa fue revolucionaria y nunca abandonó a Dios. Al fin y al cabo, Dios debe ser lo mismo que la vida. Supongo. Gracias de nuevo, negra.

viernes, 9 de octubre de 2009

Opinión del Blog 9/10/09

1. Gürtel y el “modus operandi” del PP. Poco que añadir a lo obvio. Que ya lo era hace tiempo. Salvo para los que siguen en la consigna de la confabulación (policía, fiscalía, El País, los socialistas...). Inagotable la "cocina" del PP, encomiable su capacidad de trabajo y su entusiasmo para inventar, reinventar, salir de "rositas" de lo dicho... Ahora tenemos nuevo argumentario: "unos chorizos en el entorno del partido” (Cristobal Montoro), “podemos aprovechar para un nuevo impulso en la regeneración” (González Pons). Pobre PP: siempre victima, nunca responsable. Nadie debe jamás reconocer errores, ni pedir disculpas. Por si acaso pocas manisfetaciones públicas, las imprescindibles enlatadas y sin preguntas de periodistas. Y si te estos te pillan de dasualidad, ya sabeis: si preguntan por Gürtel, responded con Zapatero, dimisión. ¿Dónde está el famoso código ético del PP que tanto utilizó en su oferta electoral? ¿Dónde las responsabilidades políticas antes y por encima de la judicial? ¿No era el partido de la honradez, el de la intolerancia cero a la corrupción?
La cuestión es que no es sólo la trama propiamente delictiva si no sobre todo el estilo de relación entre ellos y su entorno, el clasismo de "los amos del cortijo", de los que vienen no a servir sino a"servirse", de los que de alguna forma entienden que los demás ocupan sólo por accidente o error de la naturaleza el popder que sólo a ellos les corresponde. Por eso el manejo de la amistad nada más que como un medio para tener más poder, más influencia y más dinero. ¿Como explicar de otro modo la cercanía de los ya los chorizos oficiales (Correa, Bigotes, Crespo...) con los Aznar, Cascos, Botella, Camps, Costa, Bárcenas, Rajoy…? Casposo, clasista y franquista.
Se trata, en esencia, de un típico y tópico “modus operandi” que funciona en el partido en general y varias de las CCAA gestionadas por el PP. Son pocas los que no utilizan o han utilizado este “modus operandi”. No es suficiente con apartar a los imputados. Es necesario un análisis, una explicación. Si algunos fueron apartados del partido ya hace años por corruptos: ¿por qué no fueron denunciados por ello, por qué no se abrió y se hizo pública una investigación interna? En un partido político las responsabilidades no acaban cuando se produce un cambio en los dirigentes. Los que llegan deben asumir la herencia y gestionarla con transparencia y honradez. Queda mucha tela que cortar en Valencia, en Madrid, en Galicia... Al país y al PP conviene que se haga con limpieza y dignidad.
2. Prestige. La Audiencia de A Coruña incrimina a López Sors y muestra su indignación con la ausencia de responsabilidades de Cascos en la nefasta decisión de quitarse el problema de encima enviando al buque en su deriva, arrojando el fuel por el océano. La audiencia no entiende como no se valoraron los informes de expertos independientes en la valoración jurídica de los hechos. Podeís leer los artículos de La Voz sobre la decisión de la Audiencia, la razón para no implicar a Cascos, la evaluación de los peritos, las reacciones a la imputación de Sors y la consideración como suicida del alejamiento. Ya era hora. La pena es que los irresponsables se fueron "de rositas" mientras "la dignidad" de Galicia frente al engaño y el menosprecio, se levantaba y llenaba las calles y las playas.
3. Facultad de Medicina en A Coruña. Parece que es el máximo objetivo de la conselleira de Sanidade e incluso el objetivo fundamental de quién (Negreira) la propuso para el cargo. De ahí la reiteración en esta línea, ahora con la propuesta alternativa para la gestión de ciclos clínicos en los hospitales de A Coruña y Vigo. Lo de Vigo es por justificar lo de Coruña. Ver la última andanada de la conselleira en La Voz.
Quiero afirmar que los profesionales del CHOU están tan capacitados como los de esos dos hospitales para impartir docencia clínica. Los estudiantes que han hecho prácticas en el CHOU lo saben y han demostrado en todas las encuestas realizadas su aprobación con sobresaliente de su periodo de formación en el CHOU. El año pasado, la anterior consellería tomó una decisión equivocada: impedir la realización de prácticas en periodo lectivo de estudiantes en el CHOU y repartirlas en CHUAC, CHUVI y CHUS, seguro que con la intención de evitar la escalada en la demanda de facultad en A Coruña. Los responsables sanitarias provinciales en ese momento, avisamos del error, negativo para los estudiantes de nuestra provincia y localidades limitrofes con ella, para Ourense ciudad y para su hospital. Negativo para todos, también para la propia USC. No conseguimos, a pesar de intentarlo, que la decisión se reconsiderara.
Ahora se hace necesaria una reacción de los profesionales, la sociedad civil y los partidos políticos de Ourense –sobre todo el que ahora tiene la capacidad para ello- para reivindicar/exigir que en las prácticas de los estudiantes de medicina de la USC en periodo lectivo e incluso en la descentralización de los ciclos clínicos se incluya al CHOU entre los hospitales universitarios de Galicia en igualdad de condiciones que A Coruña y Vigo. Nada lo impide. Ourense, su hospital y su sociedad lo merecen.

viernes, 2 de octubre de 2009

Carta abierta a dos adolescentes


A Laura y Alba Rodríguez Espinosa, de 13 y 15 años. Hicisteis bien en no plantearos siquiera llevar en la recepción un vestidito de niñas florero con zapatos de tacón o “bailarinas” de diseño. Es bueno que vuestros padres no os exigieran cambiar de “look” para tan especial ocasión. Es importante que no os consideren parte del decorado, como hace Sarkozy con su mujer y su hijo. Como lo hacen quienes colocan a sus familias de comparsa en su particular espectáculo. Es mejor todavía que hasta ese momento nunca hubierais salido, por ser hijas de quien sois, en los periódicos y las revistas.
Imagino que lo estáis pasando mal, que lleváis unos días evitando entrar en Internet, ver la televisión o leer los periódicos. A pesar de ello, es seguro que topasteis con algún desagradable y obsceno montaje basado en vuestra foto con los Obama en el Metropolitan. Puede que hayáis llorado mucho y os sintáis las más desgraciadas de la tierra. Supongo también que vuestra familia, amigos y amigas os están ayudando: es el apoyo que siempre está cuando la vida duele.
Lo que os ha pasado no es nuevo. Otros, en otro tiempo, debimos sufrir la imposición de los horribles pantalones cortos, de la ropa de domingo, del uniforme del colegio... Entonces no había elección. Cuando la hubo tuvimos, como vosotras ahora, que aguantar las befas y el escarnio de algunos por las greñas, la barba descuidada… En fin, por llevar “esa pinta”. Nos tocó escuchar cosas como ¡córtate el pelo, marica!, que también nos hicieron sufrir.
Pero aunque ahora, en la cercanía del dolor y la vergüenza, no podáis computarlo, debéis saber que todos los seres humanos necesitan un tiempo para reconocerse como únicos, irrepetibles y esencialmente solos en el mundo. Abandonar la reconfortante unidad maternofilial de la infancia para tomar posesión de la identidad propia es lo más parecido a una revolución y, al mismo tiempo, la más apasionante aventura de la vida. Requiere el paso ineludible de remarcar y hacer visible la diferencia con los que hasta ese momento os nutrieron en amorosa cobertura. Y en esa revuelta adolescente, la imagen que el espejo os devuelve es esencial. De entrada es normal que no sea satisfactoria. Por eso puede resultar imprescindible modularla tomando como ejemplo a los “iguales”, imitando su forma de vestir, de peinarse, de divertirse. Góticos, rockeros, melenudos…: es lo mismo. Formar parte de algo que pueda identificarse a través de elementos externos es una forma de modular el espejo y adquirir poco a poco la identidad personal.
Y si este proceso reivindicativo es siempre difícil, para los que sois “hijos de…” debe ser especialmente penoso. El escrutinio que os toca se alarga, más allá del ámbito familiar, para residir en la plaza pública. Por eso es de destacar que vuestros padres hayan conseguido aislaros de él hasta ahora y que en este momento respeten vuestra imagen y defiendan vuestra libertad.
La coherencia y la lealtad de los padres para con los hijos es tan importante como el cumplimiento por éstos de las reglas de convivencia establecidas. La familia no puede ser, en ningún caso, una estructura jerárquica de sometimiento. Lo secundario, por muy aparente que sea, nunca debe reinar sobre lo esencial: la formación de una personalidad propia y un pensamiento autónomo, responsable y crítico. Lo secundario, además, pude llenarse de envidia, futilidad, crueldad e hipocresía. Tal como ha ocurrido con la dichosa foto.
Para terminar permitidme, deseando para las dos toda la felicidad posible, que finalice esta carta con unos versos de Cernuda sobre su difícil adolescencia en un entorno autoritario, muy “distinto” al vuestro: “la casa familiar, el nido de los hombres, inconsistente y rígido, tal vidrio que todos quiebran, pero nadie dobla.”. Como veis, pese a todo, vamos mejorando.