miércoles, 30 de diciembre de 2009

Releyendo los periódicos

Discutibles reflexiones que suscita una sosegada lectura de la prensa. En ellas encontrareis subrayado el link del periódico y el artículo o la noticia en cuestión. Espero que este nuevo formato sea de interés.

Nunca he soportado las fronteras. Las patrias, las doctrinas, las naciones sólo han servido para incomunicar a los seres humanos y llenar de incomprensión y prejuicios los corazones. Pertenecer a un grupo, abrazar un credo, tranquiliza, nos aleja de la soledad que somos, pero nos envuelve en un letargo mental por el que asoman la enajenación y diversas formas de violencia. Por eso me encanta leer a aquellos que han combatido siempre las fronteras como el italiano Claudio Magris, un soldado literario contra el pensamiento y el sentimiento único. Os recomiendo el artículo en que otro de esos ilustrados de la civilización, Vargas Llosa, defiende desde su personal interpretación de Magris,el poder de la literatura para hacer mejores a los seres humanos.

“Las palabras son actos”, dijo Sartre. También Gabriel Celaya afirmó algo parecido, refiriéndose a la poesía, en un momento complicado de nuestra historia. Hoy en día, ese tipo de frases sólo son ciertas si el que habla o escribe no renuncia a la complejidad y al discurso matizado, alejado de etiquetas definidas, simples y maniqueas. Vivimos tiempos en el que el matiz por si sólo es políticamente incorrecto. Diría más, el matiz comienza a ser más transgresor que el exabrupto. Cambian los mundos, cambian los hombres.

Pero lo peor de esta postmodernidad simplista y embrutecedora es que aún quedan demasiados “parabolanos” disfrazados de defensores radicales de la Libertad con mayúsculas. Palabra que así escrita ahora ya me asusta.

Las palabras nobles sólo toleran las minúsculas. Así, en humildes y profundas minúsculas define Magris su amplia definición de la palabra “laico”: “es quién sabe abrazar una idea sin someterse a ella, quien sabe comprometerse políticamente conservando la independencia crítica, reírse y sonreír de lo que ama sin dejar por ello de amarlo; quien está libre de la necesidad de idolatrar y de desacralizar, quien no se hace trampas encontrando mil justificaciones ideológicas para sus propias faltas, quien está libre del culto a sí mismo”. Compleja definición escrita precisamente para que nadie esté completamente de acuerdo. En todo caso ser laico es algo más que tener una postura concreta ante las religiones. Es sobre todo atreverse a pensar con libertad.

Las palabras confortan, acercan, construyen, destruyen, alejan…, pero nunca son universales por muy bellas o sinceras que parezcan. Se nutren de la individualidad de quien las escribe, pronuncia o interpreta. Son nuestra mayor riqueza y, al tiempo, la demostración de la inmensa soledad que somos.

Cuando pienso en estas cosas y leo las noticias que dan cuenta del “nuevo” Código Ético del PP -enorme monumento a la hipocresía política más descarada-, no puedo por menos que rememorar el maltrato a la inteligencia, al pensamiento y a las palabras que Rajoy y su partido, llevan años perpetrando. Su hoja de servicios es enorme: conspiraciones múltiples, ausencia del más mínimo compromiso con el país que dicen defender, confrontación en vez de debate, falsas acusaciones como única arma dialéctica... Confianza ciega en que la rapidez y la levedad de los minúsculos tiempos políticos que vivimos, aleje de ellos el cáliz de sus vergüenzas sin asumir nunca responsabilidades ni errores. Por mucho que las encuestas hoy les conforten, este país no puede dar por válida esa lamentable forma de hacer política. Por muy mal que lo haga el PSOE –está por ver si el PP lo haría mejor-, Rajoy debe seguir perdiendo elecciones hasta que cambie. Hasta que su partido se homologue no con Berlusconi –ahora es a quién más se parece; véase a Camps, Fabra y compañía-, sino a Merkel o a Sarkozy. Conservadores que no hacen política de bajos fondos, que proponen un discurso matizado, en definitiva un discurso laico. Derechas responsables, con sentido de estado, que no desarrollan tácticas de tierra e instituciones quemadas con el único objetivo de, al precio que sea, llegar con piloto automático al poder. Se trata de aprovechar, como única estrategia, cualquier circunstancia para acentuar el desgaste inmediato del gobierno, sin pensar en los intereses generales del país ni molestarse en perfilar su supuesta alternativa. Mientras no cambien en su modo de hacer oposición, insisto, no debemos darles la opción de gobernar. Estaríamos bendiciendo un indeseable modo de comunicar políticamente con la ciudadanía que lleva camino de instalarse permanentemente entre nosotros.

Y además que nadie se engañe, sobre todo aquellos a los que el PP pretende llegar con argumentos espurios: su toma del poder conlleva que educación, sanidad, medio ambiente, cultura, protección social... pasen a segundo plano. Ved como ejemplo la acumulación de noticias que llegan de la Galicia de Feijoó, un posible sucesor de Rajoy que busca mostrar otros perfiles, pero que resulta ser, en los hechos, más de lo mismo.

Laicos de nuevo. ¡Quién nos diera a líderes conservadores como Sarkozy que proponen políticas razonables, de futuro, abiertas al debate, imaginativas, para hacer país desde el consenso político y ciudadano! Interesante su apuesta por el gran préstamo a sectores punteros, a la investigación, a la biotecnología, a la universidad, a las empresas que opten por un desarrollo sostenible. Aunque el endeudamiento público de Francia sea superior al de España, él tiene claro que lo que ahora toca es empujar la economía en una buena dirección. Muchas empresas españolas de construcción y energías renovables han entendido la solidez de la apuesta y están creando empleo en nuestro vecino país. Ahora bien, Sarkozy cuenta con la ventaja de no tener una oposición que sólo busca “el contra peor, mejor” y pone siempre palos en cada nueva rueda que se intenta poner en marcha. Sólo por el hecho de que es Zapatero el que la dirige. ¡Tan burdo, tan repetido que hasta el Rey se da cuenta y le pide al piloto automático que cambie por Navidad!

Dicho esto… ¿Y si ZP no vuelve a presentarse? Interesante reflexión de José Luis Álvarez en “La cuarta página” de El País que muchos compartimos. El actual presidente ha hecho muchas cosas por España y la historia lo reconocerá: una oposición constructiva cuando le tocó ese papel con pactos de gran importancia en política antiterrorista, los impensables hace pocos años avances en derechos sociales, la generosa contribución a la búsqueda de la paz en Euskadi con movimientos que, desde el riesgo, han dado como resultado el momento de esperanza que vive ese hermoso país vasco… Y otras cuestiones que el tiempo dejará apreciar.

Pero el coste de la confrontación permanente que ha sufrido y focalizado en su persona, sumado a claros errores en los tiempos previos a la crisis y en su actual gestión, a una cierta deriva oportunista y conservadora en esta última época y a la necesidad de un discurso ilusionante para el país que él ya no parece capaz de enhebrar, aconsejan que otra figura emerja con nuevos mensajes, con credibilidad renovada. Hay mucha gente en el PSOE capaz de ello y en buenas posiciones de salida: Rubalcaba, Pepiño Blanco (muy sólida y bien valorada su gestión en Fomento: véanse sus comparecencias a petición propia en el Parlamento para explicar sus medidas y la opinión de Xosé Lois Barreiro en La Voz de Galicia), Elena Valenciano, etc… En cualquier caso la decisión apremia.

Desde mi punto de vista, Zapatero haría bien en centrarse en la buena marcha de la Presidencia española de la CEE y permitir/ promover que otro inicie la carrera electoral e incluso capitalice sus propios éxitos europeos. Sería, sin duda, un buen y generoso broche a su extensa contribución a la política española.

Y para acabar, dar la bienvenida al proyecto del gobierno para equiparar a las empleadas del hogar con el resto de trabajadores a través de su cotización desde la primera hora de trabajo. (ver aquí: http://www.elpais.com/articulo/economia/empleadas/hogar/cotizaran/primera/hora/trabajada/elpepieco/20091221elpepieco_6/Tes) Justo y matizado. Laico. Oculto entre las noticias que informan de la enésima bronca política de aquellos para los que lo importante no este tipo de cuestiones sino la sacrosanta cohesión del grupo al que pertenecen. Con lazos de sangre, pensamiento y sentimiento únicos. No es casual el origen italiano de Magris.

viernes, 25 de diciembre de 2009

De vez en cuando un poema

SUEÑO

Quisiera terminar de golpe con las sombras,
sin violencia,
y desposarte con el anillo del paraiso.

Deshacer la penumbra de las culpas
con un beso infinito
y el pecado, convertirlo en olvido.

Juntos al final del camino,
adonde nadie llega
y la duda no existe,
recuperarlo todo.

Pero, ahora, cuando baje el telón,
abrázame mil veces
y no vaciles
hasta volverme loco.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cine del último semestre. La opinión del blog

Para los que no las hayáis visto. Para los que queráis opinar tambien. Me la jugaré poniendo mi personal puntuación de 1 a 10. Cine siempre presente en este blog.

"Celda 211" de Daniel Monzón. Buena película de un género inusual en el cine español: el carcelario. Un tema que se presta al drama de lo inevitable, a los arquetipos humanos en el límite de lo tolerable. Marginales, antihéroes que son fuertes de pura debilidad. Extraordinario Luis Tosar en la mejor interpretación del año en el cine español. Sólo un comentario: hay películas en las que los personajes crecen en armonía con la historia que protagonizan y hay otras en las que la historia está al servicio de los personajes para hacerlos fascinantes. Las excelentes para mí son las primeras. Las segundas sólo pueden ser buenas. Dejan un rastro de impostura en situaciones forzadas para hacer posible el crecimiento de los personajes. Llevan a claras lagunas en el guión. Celda 211 es de las segundas. Buen cine de acción en todo caso. No es a mi juicio una película redonda, pero nadie debe perdérsela. (7)

"Buscando a Eric" de Ken Loach. Del drama realista que busca agitar la conciencia de la sociedad contemporánea - "Mi nombre es Joe"- a este cuento de hadas o de ángeles custodio en forma de ídolo futbolístico. Sobre la vida de un modesto cartero de Manchester se trenza una historia de amor, miedo, incomunicación, amistad y sueños. Temas universales habituales en Loach, que en este film se despliegan con sencillez, limpieza y ese humor ácido típicamente inglés que a algunos nos gusta tanto. Ternura a raudales con un toque políticamente correcto, inhabitual en Ken Loach pero al que también tiene derecho. Magnífica, sobre todo si te gusta el futbol. Aunque como a mí, Eric Cantona no te cayera especialmente simpático. (7.5)

"Triage" de Danis Tanovic. Dura historia del autor de la más interesante que ésta "En tierra de nadie". También, como en ella, habla de la intolerable guerra. En este caso sobre la toma de decisiones sobre la vida y la muerte de los soldados que el “triage” médico se ve obligado a tomar en momentos extremos. Explendorosa Paz Vega, como siempre voluptuosa atrayendo a la cámara sin hacer nada especial para conseguirlo. Un acercamiento al sindrome postraumático que un especial parapsiquiatra con cara de Drácula, llamado Christopher Lee, efectúa con su habitual grandilocuencia pero con gran efectividad. Nada del otro mundo pero se deja ver. (5.5)

"El baile de la Victoria" de Fernando Trueba. Un tipo que me cae tan bien que voy a sus películas con todo el deseo de que me gusten. Sobre todo después de "Belle Epoque". Pero de nuevo, como me paso en "El embrujo de Sanghai", me parece una película fallida. Trueba intenta de nuevo un lenguaje cinematográfico que incluya el lirismo. Que trascienda la historia. Es difícil conseguirlo y él de nuevo no ha sido capaz de conseguirlo. La historia y los personajes lo tienen todo: valores, dolor, alegría, honestidad, humor... pero nada parece emocionar ni resultar coherente en su conjunto. Mezcla realidad con simbolismo, flash-backs... y una cosa estropea la otra. Una pena. Trueba no debería obsesionarse en buscar caminos complicados para alcanzar la excelencia. Para ello bastaría con un guión honesto y profundo. Él es capaz de poner el resto sin necesidad de buscar florituras. En cualquier caso y como siempre, excelente la banda sonora y sobre todo Ricardo Darín, que no puede estar mejor en todas sus últimas interpretaciones. También se disfruta de algunas vistas de la ciudad de Santiago de Chile, pero hasta en eso la película podría dar algo más de lo que da. (6)

"Agora" de Alejandro Amenábar. De obligada asistencia. No es un diez, pero alcanza un notable alto. Lo ambicioso de la propuesta, las expectativas que genera una nueva película de este consagrado director, sobre todo si la apuesta es de esta envergadura, se lo ponen muy difícil para alcanzar el nivel pretendido. Y no alcanzarlo con claridad puede que tenga un cierto gusto a fracaso. A mi me parece irreprochable en el ritmo y la estructura narrativa. Está pensada, trabajada y rodada de forma magnífica. Nos introduce en un periodo de la historia tan fascinante y desconocido que llama a las puertas de nuestra curiosidad. Sobre el personaje de Hypatia han corrido ya ríos de tinta... Todo esto ya es un logro que justifica el riesgo asumido y el gran trabajo de Amenábar. Pero es demasiado lo que pretende. La película se maneja en cuatro niveles. 1) el de los temas universales: la honestidad, el fanatismo, las convicciones...; 2) el de la aproximación a la ciencia en sus orígenes, a la astronomía, a la irresistible atracción del conocimiento…; 3) el del drama de la destrucción de una ciudad mítica en una terrible encrucijada de su historia; 4) el de unos personajes que aman, sufren y mueren. Demasiado para una único film que sólo puede abarcar tantos mensajes en pinceladas puntuales, hermosas pero insuficientes. Por eso resulta fría. La inmensidad del escenario no permite al espectador acercarse a los personajes, sentir su dolor, explicarse su amor, la contención en sus emociones... Falta calor en la piel de la inmensa Rachel Weisz. No alcanzas a comprender la conversión al fanatismo cristiano de sus dos discípulos enamorados... No hay tiempo para ahondar en la fascinación por las estrellas, por la elipse que Hypatia propone, faltan claves históricas esenciales... No alcanza a ser la gran película que Amenábar ambicionó, pero lo intenta honestamente y eso merece un aplauso. Un notable alto, que para sí lo quisieran muchos. (8)

"Malditos bastardos" de Quentin Tarantino. Muy buena. Dos partes antológicas y una tercera para reescribir la historia al estilo del autor, libre, creativo, lleno de guiños cinéfilos y de un caos premeditado en el que se mueve como pez en el agua. Pero me quedo sobre todo con los diálogos de mesa, intensos, dramáticos, inteligentes... Con ese gusto de Tarantino por el lenguaje como máscara y la imagen como identidad. Por eso logra personajes inolvidables como el de Hans Landa (Christoph Waltz), el inteligente oficial alemán, cuyo final es el adecuado a su misma identidad visual. O el de la chica judía (creo que es Mélanie Laurent), guapísima, cuya mirada y sus primeros planos reflejan el coraje y la determinación en estado puro. Excelente el guión que consigue enhebrar poco a poco la trama hasta desembocar en una sucesión de encuentros en el climax final. Gran ritmo narrativo que garantiza la atención en toda esta película que en el fondo es un homenaje al séptimo arte, sobre todo a su desconocida precursora de los años setenta "The Inglorious Bastards". (8.5)

"El secreto de sus ojos" de Juan José Campanella. Un film con excelentes críticas, entre ellas una particularmente apasionada de Carlos Boyero. Do s actores que lo bordan: Darín y Soledad Villamil, buenos primeros planos, voces sugestivas en segunda línea... Pero, para mí, falla el guión. Es demasiado arrítmico y lento para una película policíaca en esencia. Los diálogos, por muy argentino que sea el entorno, son retóricos e impostados (esas ironías, esa discursividad no cuadran en un lenguaje que se vende como espontáneo). Apenas se profundiza en los personajes y hay situaciones efectistas pero claramente falsas: ¿por qué razón el amor no puede desarrollarse hasta que Darin confirma la coherencia de Morales? ¿Por qué su vivencia le resulta tan simbólica y necesaria? Lo mejor: la intrahistoria de amor contenido. Pero como me ocurrió en el resto de sus películas, incluida "El hijo de la novia", encuentro efectismo y arquetipos (la amistad con el borracho, el bueno y los malos, el antiheroe...) donde debería haber hondura y honradez. Igual es cosa mía pero no me convence Campanella. Y esta vez iba predispuesto positivamente. (6)

"Anticristo" de Lars Von Trier. Brillante. La fuerza de las escenas y las imágenes, la excelencia formal, la entrega absoluta de los 2 actores, la recuperación de la cámara lenta como una herramienta estética más... la convierten en una de las mejores películas de Von Trier. Por encima de la aparente provocación o del rechazo que pueda suscitar el cine de autor y sus excesos, se trata de un film que busca la excelencia trabajando hasta el detalle, siendo sincero y valiente y contando con dos actores completamente entregados en una extraordinaria y seguramente dolorosa interpretación. (9)

"Still Walking" (Aruitemo, aruitemo) de Kore Eda. Cine inmenso, plácido, sereno, aparentemente sencillo pero de una increíble hondura. La familia, los resquemores, los afectos, aquello que uno quiso decir y no dijo. La palabra que no se encontró a tiempo, ese llegar siempre un poco tarde a descubrir y expresar las emociones. El río de la vida que no cambia pero fluye, tranquiliza y nutre incluso hasta después de haberse secado. (9)

"Enemigos públicos", de Michael Mann. La historia de John Dillinger, un gangster con corazón de Robin Hood. Un tema muchas veces tratado en el cine. En esta ocasión con un ritmo, textura y cuidado excelentes. Cine de calidad, en suma. Bonita historia de amor entrelazada, guiños al Hollywood de la primera época y una excelente frase de Dillinger a su novia, guardarropa de un garito: "cuando ellos te miran (los ricos) sólo se fijan en "de dónde vienes", nunca "a donde vas"; por eso se equivocan." (7.5)

"Frozen river" de Courtney Hunt. Una "opera prima" del cine independiente de EEUU. Rodada con un video digital por menos de un millón de euros. No es una obra maestra, pero nos trae a los ojos con honradez narrativa la pobreza en el país más rico de la tierra, la inmigración ilegal y la lucha por la supervivencia de dos madres coraje. Situada en un entorno natural duro, austero, de una extraña belleza. Merece la pena. (7.5)

domingo, 20 de diciembre de 2009

Flexibilidad


Somos un país rígido, con poca cintura y muchos lugares comunes. Sobre todo en lo que concierne a las cuestiones laborales. Aquí, o disfrutas de un empleo fijo con la vida asegurada o subsistes en la frontera de la precariedad y la economía sumergida. O tienes horario completo o desocupación absoluta. O estudias o trabajas. O eres jefe que debe resolver todo o un simple mandado sin responsabilidad alguna. Patronal y sindicatos: dos orillas de un río que se seca. Un universo de desconfianza, de roles demasiado definidos e inamovibles. Mal escenario, por tanto, para buscar juntos la salida en la difícil encrucijada en la que nos encontramos.
A este secular equilibrio inestable en las relaciones laborales hace tiempo que le llamamos diálogo social. Y ahí nos la vamos a jugar todos. Previamente el gobierno debe preparar el tapete, encender la luz de la sala y repartir las pocas cartas que quedan en el mazo. No lo tiene fácil con una oposición impresentable e irresponsable –incluidos algunos presidentes de CCAA- que aplaude con las orejas las cifras del paro y sólo las ve como el mejor camino hacia La Moncloa. Una oposición carente por completo de sentido de estado, para la que “contra peor, mejor” y que no va a ayudar en nada ni desgastarse en propuestas o pactos constructivos. Porque ya sólo espera ver pasar el cadáver de Zapatero, aunque detrás venga el país entero en camilla. Una oposición que a mi juicio se gana cada día su permanencia en el banquillo que ocupa.
Pero a pesar de ese contundente atenuante, ha sido excesivo el tiempo perdido por el gobierno en impulsar la imprescindible reforma laboral que necesitamos para luchar eficazmente contra el desempleo y mejorar la competitividad de nuestro sistema productivo. Una grave demora en términos de paro y endeudamiento público que cuestiona la solidez técnica del equipo económico y del propio presidente del ejecutivo.
En cualquier caso, más vale tarde que nunca. No podemos aceptar que en este escenario de rigidez laboral, contando con las mejores previsiones posibles de crecimiento económico, remar con el máximo esfuerzo durante los próximos 10 años sólo sirva para llegar a la pírrica playa de los 2 millones de parados “estructurales” del 2007. Entre otras cosas porque el gasto público derivado de su cobertura puede provocar dificultades de financiación para las prestaciones sociales básicas. No es de recibo tampoco que los jóvenes mantengan porcentajes de desempleo cercanos al 40% en una economía que se pretende del conocimiento. Ni que la edad media de jubilación sea inferior a los 63 años.
Por eso es necesario tomar ya medidas urgentes. Debe haber cambios en el sistema de negociación colectiva para mejorar la flexibilidad interna de las empresas. Es necesario ensayar en España el modelo alemán de reducción de jornada -kurzabeit- como alternativa a los ERE o al despido puro y duro. Ya es hora de utilizar el gasto público para fomentar fiscalmente el empleo juvenil y la ampliación de las plantillas, en vez de para financiar proyectos con mucho menos futuro. Toca darle una vuelta a nuestro sistema de protección del desempleo y girar de la simple subvención al fomento de la empleabilidad de los trabajadores. Y sobre todo, luchar contra la temporalidad pactando fórmulas distintas para los nuevos contratos que, con las debidas garantías, favorezcan tanto la estabilidad como la productividad.
El país es responsabilidad de todos, trabajadores y empresarios, patronal y sindicatos, gobierno y oposición. Su buena marcha requiere cooperación, generosidad y flexibilidad. O es ahora o ya será demasiado tarde.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Revuelta


Nadie sabe dónde comenzó ni quién la puso en marcha. Se especula con una convocatoria surgida en las redes sociales de Internet, en las web antiglobalización o simplemente en el boca a boca del creciente hartazgo planetario. En realidad llegados a este punto lo de menos es el origen. Lo importante es poner algo de cordura y buscar soluciones que faciliten la creación de un nuevo orden mundial.
Ya ha pasado una semana desde el inicio de la revuelta que está poniendo en jaque a todos los gobiernos del mundo y a las instituciones globales que legislan sobre flujos aéreos, marítimos y terrestres de personas y bienes. Muchos policías, algunos miembros del ejército y numerosos magistrados están pasándose al bando de los amotinados ciudadanos. Por ejemplo, cuentan que en Australia el parlamento ya ha aceptado que para poder viajar a otros países es suficiente con mostrar la tarjeta de embarque del correspondiente vuelo. Los hay que lo ven como el principio del fin de los pasaportes, los visados y el resto de documentos identificativos. Probablemente no sea para tanto, pero en Barajas y en el resto de aeropuertos europeos las conversaciones entre los representantes de la recién constituida Unión Europea de Viajeros y las autoridades continúan. Los mediadores no dan abasto y las asociaciones de consumidores siguen haciendo llamamientos a la calma y proponiendo nuevos consensos. Parece que hay avances sustanciales en la racionalización de los controles de seguridad y se da por aceptada la abolición del overbooking. Sin embargo, las negociaciones siguen encalladas en los puntos esenciales que provocaron el conflicto: los intolerables condicionantes administrativos para la entrada y salida de los estados, las tasas aeroportuarias y los tramites aduaneros.
Mientras se negocia, los pasajeros de todo el mundo siguen negándose a rellenar los ridículos impresos de inmigración, rechazan quitarse el cinturón y los zapatos y no aceptan cacheos arbitrarios en los puntos de control policial previos al embarque. La consigna establecida mundialmente que animaba a presentarse en los controles con botellas de agua de más de un litro y grandes tubos de dentífrico, ya es seguida por la inmensa mayoría de los viajeros aéreos. Las sentadas y bloqueos masivos a la salida de los aviones en solidaridad con los pasajeros afectados por impedimentos administrativos y legales, ya empiezan a ser menos necesarias. Como signo de buena voluntad, en algunos aeropuertos y fronteras terrestres las fuerzas del orden más concienciadas han llegado a retirar provisionalmente las banderas y los símbolos nacionales. En paralelo a la pacífica protesta que estas semanas se ha generalizado por todo el planeta, el tráfico de cayucos entre Africa y Europa ha disminuido sustancialmente. Ayer, una nueva ONG llamada Controladores y Pilotos Sin Fronteras, sacó a Aminetu Haidar de Lanzarote y la dejó en manos de su familia en El Aaiún, ante la estupefacción de las autoridades marroquíes que nada pudieron hacer para evitarlo ante la multitud de ciudadanos llegados de todos los puntos del Magreb que la llevaron en volandas desde la pista de aterrizaje hasta su casa. Allí sus hermanos la esperaban con un cuenco de dátiles y otro de leche de cabra. En España, algunas clases de geografía en las que se estudian las fronteras, las banderas y los estados han sido aplazadas hasta ver como acaba esto.
Por mi parte espero que aunque nada de lo relatado haya ocurrido ni vaya a ocurrir nunca, el viernes cuando esta transgresión informativa vea la luz, una mujer menuda tan tozuda como nuestros virtuales viajeros amotinados, todavía esté viva para disfrutar con sus hijos de la hermosa luz del atardecer en el desierto del Sáhara.
Artículo publicado en La Región el viernes 11/12/09

martes, 8 de diciembre de 2009

Respeto


La nueva ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y de Salud Sexual y Reproductiva no va a incrementar el número de abortos en nuestro país. Va a intentar disminuirlos a través de una regulación más clara y garantista que la actual y de un conjunto de medidas que promoverán una sexualidad tan responsable como libre.
España está por debajo de la media europea en cuanto a número de abortos. Un alto porcentaje de ellos (45%) en mujeres inmigrantes. Todos estamos de acuerdo en que el objetivo debe ser disminuir esas cifras al mínimo posible. Porque nadie desea abortar. Las mujeres que toman esa dura decisión, lo hacen siempre desde el dolor y el desgarro. Quien diga lo contrario miente. Ninguna lo hace por gusto o a la ligera. Pensar de otra manera es faltarles al respeto. Una instancia tan poco sospechosa de izquierdismo como el Tribunal Supremo de los EEUU, definió la decisión de interrumpir el embarazo como la más íntima y personal que puede tomar un ser humano.
Sólo aborta quien lo necesita ineludiblemente. Abortan mujeres de derechas, de izquierdas, ricas, pobres, muy jóvenes, menos jóvenes, de todos los credos religiosos o de ninguno. Esto es así y los profesionales que reciben este tipo de problemas ayudando a la mujer a buscar la mejor solución –o la menos mala - lo saben. También ellos podrían dar fe de lo hipócritas que pueden llegar a ser algunas opiniones en determinadas bocas. ¿Se puede condenar al aborto clandestino o a la cárcel a las mujeres que deciden finalizar voluntariamente el embarazo para no convertir su vida y la de su futuro hijo en un desastre anunciado? ¿Quién ostenta la superioridad moral para esa condena “a priori”? ¿Para esto no vale lo de “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”? ¿Dónde queda la piedad, la cercanía con el que sufre, el amor al prójimo que trasciende la soberbia de los que sientan cátedra desde determinados púlpitos civiles y clericales sin bajar nunca a los parajes donde la vida sucede? ¿Hay alguien más indefenso que una mujer en este trance?
Ya no es tiempo de lapidaciones en la plaza pública, aunque algunos parecen querer volver a antiguas épocas de “esplendor”. En los estados avanzados, en los países de nuestro entorno, las leyes para la regulación del aborto se hacen para evitar más penosidad a quienes están pasando por ese difícil momento de su vida. No son el ámbito de discusión moral sobre el controvertido tema de la definición del momento en que la vida comienza indubitablemente. No pretenden juzgar motivos ni conciencias, sino regular con proporcionalidad protegiendo los valores que la sociedad reconoce como propios. También el derecho y el deber de decidir que una madre tiene.
Las leyes de plazos han demostrado ser la mejor opción. Los estados que han optado por ellas tienen menos abortos que el resto. La despenalización por supuestos es interpretativa y supone una alta carga de inseguridad jurídica para mujeres y profesionales. Quizás por ello, en España, sólo el 5% de los abortos se hacen en la sanidad pública. Es momento ya de mejorar la actual regulación y el proyecto presentado es bueno. Aún lo será más cuando en la tramitación parlamentaria se afinen aspectos como la información a los padres en los casos de aborto en adolescentes.
Convendría tener más respeto, más empatía con el prójimo y más tolerancia. Las leyes son civilización, las doctrinas imposición y amenaza. Algunos de los que ahora hacen demagogia con los buenos sentimientos es posible que alguna vez tengan que mirarse al espejo en circunstancias no previstas. Como dijo el poeta romano y ahora suscriben muchos cristianos aún a riesgo de ser excomulgados: “nada de lo humano nos puede ser ajeno”.

martes, 1 de diciembre de 2009

Nucleares, sí

No me he equivocado en la afirmación. Del mismo modo que en su momento dije no, ahora digo sí con la misma convicción.
Hace años el rechazo a las centrales nucleares era un auténtico axioma de la izquierda y un motivo de reafirmación ideológica. "Nucleares no", fue un lema repetido en manifestaciones, pintadas y canciones de muchos “cantautores” de aquella época. Aún recuerdo conciertos en la facultad en los que se oían estribillos como: “que no se sepa, que no se note, que las centrales llevan bigote…” Lo nuclear, más allá de la cuestión ecologista, se veía como un buen modo de hacer negocio para los poderosos a costa de la seguridad y la salud de los ciudadanos comunes. Accidentes graves como Chernobil vinieron a dar la razón a cuantos clamábamos contra ese tipo de energía.
La cuestión es que aquel mensaje caló en la ciudadanía y hoy, aunque las circunstancias han cambiado mucho y nadie cuestiona la gran seguridad de las modernas centrales nucleares, persiste un importante rechazo social en España, base de su escasa implantación. Por eso es necesario cuestionarse algunos viejos postulados y desde el libre pensamiento alejado de consignas ideológicas o políticas, modificar publicamente lo que se considere conveniente para el mundo en que a uno le toca vivir. Por eso hoy digo sí a las nucleares. Si alguna duda me quedaba, ya no la tengo despues de escuchar la excelente y didáctica conferencia que hace dos lunes impartió en el Ateneo, Lucila Izquierdo del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat).
Hoy en día, uno de los más graves problemas de la humanidad es el cambio climático, consecuencia de la emisión de gases con efecto invernadero. El brutal consumo energético de los paises avanzados -y ahora tambien de los llamados emergentes-, basado fundamentalmente en el petroleo, el gas y el carbón, amenaza con graves dificultades para nuestro planeta en un breve espacio de tiempo. Por ello, si queremos evitar que nuestros hijos y nietos hereden un planeta degradado, debemos reducir el uso de esas contaminantes fuentes de energía y optar por otras alternativas. En resumen, sólo hay dos: las renovables (eólica, solar…) y la nuclear. Tenemos, por tanto, que modificar nuestra cesta energética incluyéndolas cuanto antes y en la mayor medida posible. Por desgracia, las energías renovables, en las que nuestro país ejerce un liderazgo mundial en investigación y desarrollo, tardarán aún muchos años en poder resolver por sí solas los grandes y crecientes requerimientos de la humanidad. En España, dada su gran dependencia energética, el problema es todavía más grave. Por eso no podemos prescindir de las nucleares sólo por el rechazo social que todos debemos contribuir responsablemente a reducir.
Por supuesto que hay otras medidas a tomar, de tanto calado y más recorrido. Habrá que fomentar la conciencia ecológica de los ciudadanos y propiciar los obligados cambios culturales y de estilo de vida sin los que el planeta no es sostenible. También es necesario ahondar en la eficiencia energética apostando por nuevas tecnologias en la construcción de edificios y vehículos. Claro que esto es lo más importante. Pero el tiempo apremia y a día de hoy es esencial alcanzar un pacto energético que incluya un marco regulatorio definido y definitivo –blindado a los avatares políticos- para las empresas que quieran construir centrales nucleares. Nada les impide hacerlo -el sector ya hace años que está liberalizado-, pero en España la incertidumbre les disuade. En Francia llevan tiempo construyéndolas porque tienen una normativa estable que lo facilita. No hay razones objetivas que lo desaconsejen.
Por encima del corto plazo y los lugares comunes ideológicos está el interés de los ciudadanos y el futuro de la humanidad que parece nadie se toma en serio. Aquí, nucleares si. Veremos lo que pasa en Copenhague.
Como complemento a esta entrada, os recomiendo el artículo del sábado 28/N en El País "España no podrá consumir toda la energía renovable que produce", en el que se describe la limitación en el almacenamiento de este tipo de energías en este momento. En cuatro años se desperdiciaría la misma energía que una nuclear produce en 40 días.
Por eso sólo nos queda, si queremos reducir emisiones de CO2: a) consumir menos; b) complementar las renovables con nucleares. No hay otra. Lo demás es seguir con petroleo, gas, carbón o biomasa: o sea profundizar el cambio climático. Algo mucho peor, hoy en día, que el riesgo de las nucleares. En cualquier caso me interesan mucho vuestras opiniones en este controvertido tema.
Para añadir más datos que ilustran sobre la urgencia en las decisiones para luchar contra el cambio climático y la inconveniencia de mantener, en el contexto de esa lucha, posturas clásicas que se nutren más en lo ideológico que en otra cosa, leed los drámaticos reportajes de El País en esta semana. 1) "Dios se enfadó. Por eso no llueve": Africa muere de sed. 2)"El pulmón del mundo enferma": el Amazonas es un vertedero de peces. 3) "España se reseca". ¡Ya no hay tiempo y ninguna alternativa no contaminante que esté hoy a nuestra disposición puede ser responsablemente desechada!