domingo, 29 de abril de 2012

Insumisión


No voy a aceptar ninguna limitación a mis obligaciones como médico. Atenderé a todas las personas que soliciten mi ayuda, estén o no "asegurados". Creo en la Sanidad pública, universal y gratuita. Propongo a todos mis compañeros la objección de conciencia y la insumisión si se intenta impedir que ejerzamos nuestro trabajo con inmigrantes, extranjeros o españoles. No sólo eso, el deber de cada médico no se limita a la atención puntual a un determinado paciente sino procurar y, si es posible, garantizar su continuidad asistencial. O sea, no es suficiente el tratamiento urgente: es indispensable el seguimiento en consulta ordinaria. Tengan o no tengan "papeles". Y si se nos prohibe realizarla en el centro hospitalario o de atención primaria, pongamos la consulta en la calle o en el bar de enfrente. Insumisión y justa rebelión, compañeros.

domingo, 15 de abril de 2012

El enemigo

Horas antes de morir, Dimitris Christulas, dejó pagado el alquiler del mes del piso en el que vivía. Después, el farmacéutico jubilado de 77 años, cogió el metro y fue hasta la plaza Sintagma para pegarse un tiro delante de sus compatriotas, “antes de acabar rebuscando comida entre la basura y dejar deudas a su hija”. No era una persona inestable. Era un hombre que durante toda su vida trabajó con honestidad, comprometido además con la justicia social, la igualdad, las asociaciones ciudadanas, el foro griego de indignados, el movimiento Den Plinoro
Demasiado cercano a la historia y a la vida de muchos de nosotros como para no reflexionar sobre su violenta decisión. Y sobre la nota que desde su bolsillo suicida llamaba a los jovenes griegos sin futuro, a colgar de una soga en esa misma plaza de Atenas a los “traidores” que les estaban conduciendo a esa situación.
El miedo es líquido en la postmodernidad. La sensación de derrumbe, de falta de esperanza en un futuro mejor, de perdida inminente de aquello por lo que uno ha creido que merecía la pena vivir y trabajar, de ausencia de discurso, de una convincente explicación de lo que está pasando… El temor que infunden los tiempos que se acercan, en los que habrá muchos Christulas entre nosotros, la preocupación por lo que será de nuestros hijos en los próximos años por muy bien formados que estén… Todo esto es, en si mismo, un escenario de violencia, una guerra sin armas, sin frentes, sin ejercitos… Pero una guerra al fin y al cabo.
Una guerra rara, en la que no se distingue el enemigo. ¿Quién es? ¿Dónde se esconde? ¿Son los especuladores? ¿Es el monstruo financiero global que ha crecido ante nuestros ojos sin que hayamos hecho nada para pararlo? ¿Es la Europa burocrática, insolidaria e inútil en la que hemos puesto, sin pensar demasiado, todas nuestras complacencias? ¿Es el Rey que se permite el lujo de cazar elefantes sin nuestro permiso y con nuestro dinero? ¿Son los empresarios deshonestos, insaciables de dinero? ¿Son los obreros vagos e irresponsables? ¿Son los estudiantes que no estudian, que se revuelven cada día en la basura televisiva para perder lastimeramente el tiempo? ¿Son los políticos antiguos, esclerotizados, corruptos y populistas que tanto abundan? ¿Es la mierda cultural, vacia de pensamiento crítico, de reflexión minimamente profunda en la que hemos dejado caer a nuestro país, llenándolo de derechos y liberándolo de deberes y valores? ¿Ha sido nuestra blandura educativa y cultural la que nos ha llevado a esta imparable decadencia? ¿O el sindicalismo paternalista, obsoleto y hueco? ¿O unos medios de comunicación castrados en su independencia por los intereses de grandes o pequeños grupos empresariales?
¿Contra quién quería disparar el primer tiro de su Kaláshnikov, el bueno de Christulas? ¿Por qué con el suicidio del farmacéutico, no comenzó en Grecia la primavera griega como lo hizo en Túnez y el norte de África tras la inmolación del vendedor de frutas Mohamed Bouazizi? Demasiados objetivos, con muy diferente carga de culpa por supuesto, para enfocar con firmeza y convicción el punto de mira del fusil.
Nos falta un enemigo claro (¿o lo tenemos dentro?) para hacer la necesaria revolución. No hay Gadafis o Mubaraks a los que culpar y derrocar unidos en la esperanza colectiva de un orden nuevo. Por ahora sólo vemos nada. Y de “la nada, como decía el Rey Lear, no vendrá nada”.
El enemigo es difuso en las sociedades hasta ahora opulentas, que aún conservan vanamente la esperanza de mantener su cohesión y su forma de vida. ¿Qué hacer? No lo se, pero algo pasará y será violento como hasta ahora han sido todas las revoluciones de la historia. Necesarios desenlaces de la decadencia social y cultural de las naciones. Y mientras tanto, sólo nos queda trabajar en nuestro ámbito cotidiano, no tolerar tanto a quién no lo hace y mantener el valor de la rebeldía, acumulando piedras para cuando aparezcan las barricadas de verdad.

Doble vara de medir



Dice Ana Botella, alcaldesa designada de Madrid, después de su entrevista con Rajoy: "ÉL no me ha transmitido niniguna preocupación especial por Madrid. Y nosotros estamos para procurar dar las menos preocupaciones posibles". ¿Dónde queda la reivindicación histórica para la mejora de la financiacion municipal que su antecesor, el "progresista" Gallardón, enarboló una y otra vez contra el gobierno Zapatero? ¿Y la reiterada petición de llevar el AVE a Barajas? Pues ahora según Botella, ya "no toca". No queremos molestar. Y vosotros, los observadores ciudadanos de los avatares políticos, ya sabéis: a olvidar, que ya no toca, y a chuparos el dedo de la resignación.


Y a relativizar los datos. Total, todos son iguales, pero para los unos el sanbenito del derroche y para los otros la comprensión. El Dr. José Ignacio Echániz, Consejero de Sanidad de Castilla La Mancha y responsable estatal de Sanidad del PP, se pasa el día hablando de la herencia recibida y las facturas no pagadas que se encontró al tomar posesión de su actual cargo. En Madrid, la Sra. Botella tiene 16.172 facturas pendientes de pago por un monto de 1.017 millones de euros. Su plan de ajuste ha consistido en dejar de debérselo a las empresas y pasar a debérselo a los bancos. Y su objetivo, pasar de pagar a 250 días en 2011 a 60 al acabar la legislatura. Como los mejores. Como Ourense o Barcelona ya lo hacen a día de hoy. Pero de eso no toca hablar. No "conviene".




La Junta de Andalucia convocó una Subasta de medicamentos para la Sanidad Pública que supone, en una comunidad que ya prescribe por principio activo el 87% de las recetas, un ahorro de 40 millones de euros en una primera fase. Con ella ha conseguido, por ejemplo, que el Pantoprazol pase de costar por caja de 28 pastillas 9, 2 euros en vez de los 18,42 que antes costaba. Pues resulta que Ana Mato en vez de generalizar las subastas a todo el estado (se calcula el ahorro en 1.500 millones), amenaza con llevarlo al Constitucional y presiona a las "empresas traidoras" que acudieron a la subasta (algunas tan importantes como Sanofi Aventis y Bayer se acojonaron y al final renunciaron a participar) con bajarles el precio en el conjunto de la nación. Y mientras tanto, habla de la Central de Compras que seguro será una versión similar a la de la Subasta.


No hace muchos meses en Galicia (gobernando ZP aún) se puso en marcha (con una nefasta gestión para su implantación, por cierto) el Catálogo Priorizado de Fármacos, una iniciativa en esa línea, que fue defendido agresivamente por el PP gallego y estatal. Y que entonces el PSOE también llevó al Constitucional. ¿Qué interesa, ahorrar o quitarle el mérito político al adversario? La doble vara de medir de la política minúscula.

sábado, 14 de abril de 2012

Vergüenza

Es una absoluta vergúenza que el Rey de España, como si aún vivieramos en tiempos predemocráticos, se gaste el dinero de los españoles en "entretenimientos" tan especiales como matar elefantes en Botsuana. Sin que además nadie nos informe de ello. Una cara afición de señoritos cobardes (para justificar este segundo adjetivo, llega con observar las primeras imágenes de este video protagonizado creo que por el fulano que posa con Juan Carlos de Borbón en la foto superior). Una razón más para cuestionar de nuevo una institución que nos sale por un ojo de la cara y que a día de hoy no aporta valor añadido alguno en la política nacional ni en las relaciones internacionales. Un "lujo" que no podemos permitirnos mientras se recorta en la salud y en la educación de los ciudadanos. No entiendo el miedo a que este debate se ponga sobre la mesa de la política en España. Ya es hora de plantear la tercera República. A ser posible sin presidente. Ya nos llega, y a veces nos sobra, con el del Gobierno.

lunes, 2 de abril de 2012

Fuego y tristeza

Fuego y olvido. Belleza y memoria. Si perdemos lo esencial, ¿qué ocurrirá con lo secundario? Galicia llora. En otros tiempos se levantó, ahora sólo responde en silencio. ¿Nunca Máis?

domingo, 1 de abril de 2012

¿Por qué hice huelga el 29M?

No tanto por la reforma laboral que es una ola más del tsunami que nos arrolla desde hace años. Participé en ella simplemente por apoyar cualquier encuentro colectivo que pueda ayudar a frenarlo. Y así lo seguiré haciendo. No me gusta lo que pasa, todo parece ir a peor y en los tiempos de zozobra uno tiende a volver a los origenes, a los valores. Aunque éstos aparezcan deshilachados y decadentes.
Dice el filosofo catalán Joaquin Mirás que aún no es el momento de buscar nuevas herramientas organizativas para plantear alternativas a lo que ahora parece ser el único camino posible (el de seguir al tsunami financiero). Según este pensador, a día de hoy, sólo podemos aspirar a un estadío preliminar, “el de contar cuantos somos fuera del centro comercial”. No quiero decir con ello, ni mucho menos, que todos los que marcharon por las calles de Ourense en la mayor manifestación que recuerdo en la ciudad, esten en ese peculiar grupo. Ni mucho menos. Pero haberlos, los había. Y los hay en la izquierda y fuera de ella. Entre los trabajadores y también entre los empresarios.
En todo caso, todo empezó hace casi 20 años, cuando la desregulación y la nula supervisión de la industria financiera mundial, paso a llamarse globalización. Poco caso hicimos entonces a los movimientos que a ella se oponían (Attac…). Pero su diagnóstico de entonces, décadas más tarde, se ha mostrado acertado. Bajo la apariencia de una democratización de la economia que tiene su reflejo en el crecimiento desaforado del PIB de muchos países del antes llamado tercer mundo, vivimos una época en que en el Sur los esclavos siguen siendo esclavos (las rentas per capita no se han igualado, los ricos son más ricos pero los pobres apenas son menos pobres). Y en el Norte los antes ocupados ahora son parados. Ese es el resultado, como Miguel Angel Aguilar afirmó hace unos días en la radio, de renunciar a exportar derechos y regulación social y, en cambio, importar con alegría mercancia barata fabricada con sueldos de hambre. Todos hemos perdido, menos los actuales amos de la Tierra: la rampante industria financiera con sus centros neuralgicos en Wall Street y la City. Y sus terminales en los paraisos financieros y en la insuficiente regulación nacional e internacional. Un discurso éste sobre el que la izquierda ha trabajado poco; es más se ha dejado mecer inerme en la tercera vía de Blair, la ambivalente socialdemocracia alemana o el optimismo simplista de Zapatero.
“Esclavos en el Sur y parados en el Norte”, eso dice también Montebourg, el socialista francés autor de “Votad la desglobalización”, con un análisis distinto, quizás cuestionable por su proteccionismo, pero al menos más sincero y profundo del que tienen los que miran el árbol en vez del bosque: “el fin de la protección social en Europa, de la seguridad, tampoco lleva al progreso en los países emergentes, sólo beneficia a las pequeñas oligarquias locales”. Y “Europa debe defender sus valores y hacer que los demás cumplan a rajatabla el protocolo de Kioto o las normas de la Organización Mundial del Trabajo”. O sea en vez de deslocalizar, luchar para que las condiciones laborales europeas se trasladen a los países en desarrollo.
Volvamos en todo caso al tsunami local. A la cara propia de esa destructiva corriente. No son sólo factores externos. No es cierto como dice Martin Wolf en el Financial Times que las dificultades financieras de España sean una mera consecuencia de la crisis. La hemos cagado durante años. Todos. La izquierda, la primera. De ahí su actual falta de discurso. No hemos sabido detectar la decadencia, el abandono de los valores del esfuerzo, el compromiso… Y hemos acunado el huevo de la serpiente de ciudadanos blandos, sin músculo para enfrentar situaciones dificiles como la actual. En un excelente artículo de los suyos, Santiago Lago Peñas reflexiona sobre los sindicatos y dice: “Esto (el tsunami) no se va a parar con una huelga, hay que hacer mucho más, ofrecer visiones macro progresistas, bien fundamentadas y encajar en ellas las soluciones micro”. Todo esto en un momento en el que los partidos políticos, el 15M, los intelectuales… tienen serios problemas para analizar los problemas y generar un discurso nuevo, distinto, pedagógico e ilusionante. Consecuencia lógica de un contexto en el que la política –sobre todo en el ámbito de la izquierda- es incapaz de atraer el talento y el capital humano, quién, visto “lo que hay”, prefiere dedicarse a otras cosas. En el referido artículo, y ya entrando en lo micro, Lago se atreve a afirmar: “en el sector público estamos hartos del igualitarismo mal entendido, que no valora el esfuerzo y los resultados de cada uno y no comprende las consecuencias de no hacerlo.” Ya es hora, por tanto, de que todos, los sindicatos los primeros, denunciemos al vago y al incumplidor. Esa es otra de las medidas antitsunami.
Como lo es recuperar y exigir la Tasa Tobin. Sólo con aplicar ya la tasa propuesta por la Comisión Europea del 0.10% a la compraventa de acciones y bonos y del 0.01% a los derivados, tendríamos unos 57.000 millones de euros para el gasto público en Europa (5.000 en España). Parece mentira que seamos capaces de eliminar partidas básicas en gasto social y ninguna voz del actual gobierno, y muy pocas del anterior, se alce para demandar esa mínima "colaboración" de la industria financiera. Y que la izquierda no machaque continuamente los oidos de la opinión pública proponiendo la subida de los tipos marginales en toda Europa (Montebourg propone el 75%) para los ingresos superiores a un millón de euros al año. O el cierre, sin más, de las filiales de la banca europea en los paraísos fiscales. ¿A cuantos ciudadanos de a pie les suenan estas cosas?
Y volviendo a casa, el imposible objetivo de déficit público que tenemos, el presupuesto brutalmente restrictivo que Rajoy ha presentado -y que además va a quedarse corto en breve-, va a tener, a medio plazo, tres resultados cantados:
-más parados.
-menos crecimiento económico.
-mayor deterioro de los servicios públicos y del clima social.
Y además para nada, porque el medio plazo en el que este Gobierno -y el anterior- ponen todas sus esperanzas será igual o peor que el corto. ¿Podemos quedarnos con los brazos cruzados como país, como ciudadanos, como padres…? Es cierto: tenemos que trabajar más, ser más productivos, más austeros… es una condición imprescindible, un punto ineludible de partida. Pero..., ¿servirá de algo en la actual coyuntura, con un derrumbe de la inversión pública, sin ninguna estrategia de crecimiento a corto y medio plazo? En suma, con el horizonte inexistente que El Roto dibujaba hace unos días. Sin esperanza. Afanados sólo en cumplir los dictados de la Europa conservadora, asustada y cómplice necesario de los amos del mundo, de los croupiers del casino que nos gobierna.
Continuar con "el más de lo mismo" de la actual política económica europea es reproducir de nuevo la frase atribuida a Einstein: “la insensatez repite una y otra vez las mismas cosas esperando obtener resultados diferentes”.
Hay que reaccionar. Lo primero, hacer causa común interna (pacto de los principales partidos y sindicatos) y externa (en Francia y Alemania van a cambiar las fuerzas gobernantes), insistiendo en que atajar demasiado rápido el déficit público sólo empeorará las cosas. España tiene, además, márgen (la deuda es todavía inferior a la media europea) para ir más despacio. Y si para contener la ira de los mercados desairados, son necesarios los eurobonos, ¡qué se monten!
Hay que pedir además, con una voz común, una estrategia de crecimiento en Europa (Banco de Inversión, incentivos al consumo interno en los países saneados…). ¡Poco hemos aprendido de la crisis de los años treinta del siglo pasado!
Cualquier cosa menos esperar sentados y asustados la próxima ola del tsunami que nos empuja al abismo. A nosotros y a nuestros hijos. Si para ello hay que salir a la calle una y mil veces…¡hagámoslo! Aunque alguno haya dicho hace unos meses, y con razón, “cuando empiece el jaleo, conmigo que no cuenten”.


Y para completar el panorama y abrir el debate que espero en el blog, 2 perlas del avance de hoy de los Presupuestos 2012 enmarcados en una perspectiva reciente.

1) Eliminación de las subvenciones a las grandes empresas por un monto en torno a los 5.350 millones: ¿por qué no lo hizo el gobierno socialista? Un ejemplo de la levedad programática que le caracterizo.
2) Amnistia fiscal. Hace 1 año Rajoy dijo que era una ocurrencia y Cospedal que era una barbaridad injusta y antisocial. Un ejemplo de nefasta oposición que ahora en el gobierno deviene en boomerang. Una razón más para que nadie crea en su palabra ni en España ni en Europa ni en el mundo.